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Los talibanes reafirman su avance en el sur afgano con la toma de un distrito clave

EFE

Kabul —

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La toma de un estratégico distrito por parte de los talibanes ha supuesto un nuevo espaldarazo a su contundente avance en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, donde al menos la mitad de sus distritos registran enfrentamientos armados entre los insurgentes y las fuerzas afganas.

El distrito de Sangin cayó anoche en manos de los insurgentes cuando, en un intento de evitar bajas entre sus filas, las tropas afganas decidieron realizar una retirada estratégica y abandonaron el complejo donde se encuentran las oficinas gubernamentales, dijo a Efe una fuente militar que pidió el anonimato.

Las autoridades afganas suelen dar por perdida una demarcación administrativa con la toma de sus dependencias centrales, si bien en esta ocasión el portavoz del Ministerio de Interior, Sediq Sediqi, mantuvo en rueda de prensa que “Sangin no ha caído completamente”.

“Las fuerzas de seguridad estaban resistiendo en algunas partes”, aseveró el portavoz, al agregar que ya se han enviado refuerzos a la zona, especialmente “comandos”.

El despliegue es parte de los esfuerzos que el Gobierno y las tropas internacionales están haciendo, según dijo, para evitar por “todos los medios y maneras posibles” el avance talibán en la provincia, uno de sus principales bastiones con tres de sus 14 distritos totalmente en poder de los insurgentes y otros nueve de ellos controlados parcialmente.

El vicegobernador de Helmand, Muhammad Jan Rasoulyar, ya había advertido ayer en una carta abierta al Ejecutivo central de que la provincia estaba “a punto de desmoronarse” y reclamaba ayuda “urgente”.

En la misiva, publicada en la red social Facebook, decía que la provincia podría incluso sufrir la misma suerte que la nororiental Kunduz, controlada por los insurgentes entre septiembre y octubre.

Durante ese periodo, llegaron a ocupar por unos días su capital homónima, en lo que supuso su mayor logro militar desde la caída del régimen talibán con la invasión estadounidense en 2001.

En un movimiento que ya entonces causó gran preocupación en Helmand, los talibanes se hicieron durante varios días con el control de un área de la capital, Lashkargah, apenas un mes después de la toma de la ciudad de Kunduz.

“En Helmand, nuestras tropas enfrentan desafíos en varios distritos”, confirmó el portavoz de Interior, para indicar que la situación de seguridad en la región ha sido, de hecho, el centro de casi todas las reuniones llevadas a cabo en Kabul en las últimas 24 horas.

Al menos siete de sus 14 distritos, entre ellos Sangin, registran choques armados entre los talibanes y la fuerzas afganas, que en las últimas 48 horas han lanzado operaciones especiales en tres demarcaciones administrativas de la región sureña, según el Ministerio de Defensa.

El senador del Consejo Provincial Attaullah Afghan indicó a Efe que, aparte de Sangin, los insurgentes controlan otros dos distritos, en los que no existe presencia policial alguna, y que en muchos otros las autoridades están confinadas a los edificios gubernamentales.

En una reunión ministerial convocada por el jefe del Ejecutivo, Abdulá Abdulá, se decidió continuar con las ofensivas militares en la zona norte de Helmand y tomar medidas adicionales para recuperar el control de las partes tomadas por los insurgentes.

El portavoz de Abdulá, Javid Faisal, explicó a Efe que hay tropas “suficientes” en la región y que tanto el jefe de Gobierno como el presidente afgano, Ashraf Gani, están en contacto con las autoridades locales.

Helmand concentra casi el 50 % de la producción de opio de Afganistán, una de las fuentes de financiación más importantes de los insurgentes, y es fronteriza con Pakistán, donde supuestamente se exilia su cúpula.

La provincia sería una buena opción para convertirse en fuente “principal” de financiación para el grupo, que tiene, además, “acceso” a la población local, por lo que podría engrosar sus filas con nuevos insurgentes locales, según el jefe del Comité Militar de Helmand, Bashir Ahmad Shakir.

En declaraciones a Efe, apuntó que si Helmand cayese en manos de la formación insurgente, la “amenaza” se extendería a las provincias colindantes, entre las que se encuentra Kandahar, el bastión espiritual del movimiento talibán y que fue capital de su régimen (1996-2001).

Por Baber Khan Sahel