La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha reclamado a toda la cadena alimentaria que traslade la reducción de los costes por la caída de la energía y las ayudas directas y baje los precios que pagan las familias.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, la vicepresidenta ha previsto que “la inflación va a ser inferior en 2023, cerca de la mitad, respecto a 2022”. Pero ha admitido que, en estos momentos, es prioritario analizar la resistencia a bajar de los precios de la alimentación. “Hay que vigilar los márgenes de la empresas de este sector”, ha señalado. Y ha recordado que han recibido ayudas directas y que sus costes han disminuido en los últimos meses.
En la misma línea, ha insistido en la necesidad de alcanzar un pacto de rentas que incluya los márgenes empresariales en general y no solo los salarios. La vicepresidenta económica ha reconocido que algunas empresas están aprovechando la inflación para mejorar sus beneficios, aunque ha incidido en la heterogeneidad entre sectores.
Según Calviño, el Gobierno ya reaccionó con los nuevos impuestos a la banca y las energéticas sobre las ganancias extraordinarias. Y ha comentado que ahora “es muy importante hacer un seguimiento preciso de la evolución de los márgenes”. En su opinión, es urgente “un pacto de rentas” que reparta el daño de las subidas de precios entre empresas y trabajadores, y que, por tanto, incluya no solo el control de la evolución de los salarios, sino también la de los márgenes empresariales.
Informa Daniel Yebra.