Con un ambiente bohemio, punto de encuentro de artistas de múltiples disciplinas, Mojácar es uno de los pueblos más internacionales de toda Almería a pesar de no encontrarse dentro del Parque Natural del Cabo de Gata. Esculpido en una colina en la Sierra Cabrera, esta localidad de origen árabe con vistas al mar es digna de visitar en cualquier época del año. A Mojácar se la conoce como el 'pueblo blanco' en alusión al encalado de sus construcciones, que forman un laberinto de calles estrechas y muy empinadas en su casco antiguo. La peculiaridad de la ciudad combina perfectamente con una extensa franja de litoral, Mojácar Playa, donde podemos encontrar decenas de restaurantes y chiringuitos.
El pasado árabe de Mojácar se respira en su casco urbano. En la plaza Nueva y su mirador, la fuente mora o la iglesia de Santa María. Habitada por fenicios, cartaginenses o romanos, fueron los árabes los que realmente forjaron la ciudad que hoy conocemos. Te contamos algunos lugares que no puedes perderte si visitas Mojácar este verano:
La Fuente Mora o de los trece caños es testigo de la historia de la capitulación en 1488 de Mojácar. Se trata de una fuente con una docena de caños frontales y uno lateral. En tiempos pasados este lugar fue uno de los puntos neurálgicos de la población. “A lo largo de la historia ha cumplido diversas funciones y suscitado en su entorno la formalización de oficios como el de aguador, lavandera o el de vigilante de regadío”, cuenta en la página oficial de Turismo de Mojácar. Muy cerca se encontraba el molino. En el siglo XIX fue reformada, y en los años 80 volvió a ser reconstruida.
Su construcción data de 1560, en el mismo lugar que anteriormente se había levantado una mezquita árabe. No solo fue un edificio destinado al culto, también fue una fortaleza. El interior destaca por su sobriedad con imágenes de San Agustín y la Virgen del Rosario, patrones de la localidad. En el altar se puede contemplar una pintura de un artista alemán, Michael Sucker, que hizo de Mojácar su residencia durante casi una década.
Se trata de una plaza con pórticos, colindante a la Iglesia de Santa María. Algunos historiadores han señalado que se levanta sobre una antigua necrópolis árabe, ya que se han encontrado algunos restos orientados hacia La Meca. “En un bello rincón de la plaza, se encuentra la reproducción exacta de una de las escenas de la Reconquista, que se recrean en la sillería del coro de la catedral de Toledo”, explican en la página web de Turismo de Mojácar.
Desde este mirador se pueden admirar las impresionantes vistas de las sierras de Cabrera, Bédar y Almagrera, así como el río Aguas y un antiguo asentamiento, La Vieja. Otros puntos que podemos avistar son las poblaciones cercanas de Turre, Los Gallardos, Bédar, Garrucha, Vera, Cuevas del Almanzora, Villaricos o las huertas de Mojácar.
Es la entrada a Mojácar. Reconstruida en el siglo XVI, la puerta actual se construyó sobre la árabe, un hueco abierto en la muralla. En lo alto se puede ver el escudo de la ciudad con la leyenda “A la muy noble y leal ciudad de Mojácar, llave y amparo del reino de Granada”.
Se trata del barrio judío, que se levantó en el siglo XVII y que conforma un pintoresco conjunto de casas de arquitectura tradicional y calles estrechas. Pasear por este barrio te transporta a otra época.
Construida en el siglo XVIII en la Rambla de los Moros, es una edificación de tipo militar. En los alrededores habitaban los encargados de su defensa, cabos y torreros primero, luego carabineros y más tarde, se encargó a la Guardia Civil. En los años 90 se restauró. Desde aquí se puede acceder por un camino de tierra a la Torre del Peñón o Perulico, con una altura de 10 metros y un tunel en su centro, que servía de paso pues rodearla era imposible.
Otros puntos de interés en la localidad son la plaza del Ayuntamiento, que preside un árbol centenario presente de un emigrante llegado de las Américas (un ficus benjamín) y mosaicos en el suelo formando la figura del Indalo, símbolo de Almería; los numerosos centros de arte que encontramos en la localidad o la Casa Museo de la Canana, “que recibe el nombre de una de las personas que la ocuparon, una mujer bien conocida en el pueblo, por dedicarse entre otras cosas, a la venta de tabaco y productos de primera necesidad”, explican en la web de Turismo de Mojácar. Representa una casa tradicional de la primera mitad del siglo XX.
Si visitas Mojácar en fin de semana, no dejes de pasar por su Rastrillo, en las inmediaciones de la Fuente, en el que podrás encontrar objetos de todo tipo: pinturas, libros de segunda mano, abalorios, ropa o antigüedades, además de objetos artesanales.
Pero no todo va a ser pasear por el casco urbano. Sin duda, una visita a Mojácar bien merece hacer una parada en sus playas. Esta localidad tiene 17 kilómetros de costa desde Marina de la Torre hasta la Rambla de la Granatilla, a pocos kilómetros de los límites con el Parque Natural del Cabo de Gata.
Algunas de sus playas son las de Marina de la Torre, La Cueva del Lobo, El Descargador, El Cantal, Venta del Bancal o Las Ventanicas, entre las que puedes encontrar paisajes para todos los gustos y públicos.
Según Turismo en Mojácar, “la temporada de baño empieza el 15 de Junio y termina el 15 de septiembre; incluyendo la Semana Santa, durante este periodo, el servicio de socorrismo está funcionando desde las 11.00h hasta las 19.00h”.