El espejo de los desheredados

'La Sal de la Tierra', un film sobre la vida del fotógrafo Sebãstiao Salgado

Gara Santana

Las Palmas de Gran Canaria —

¿Cómo es posible que unos ojos tan sensibles a la belleza -por su naturaleza- soportaran las imágenes de las mayores atrocidades que pudo llevar a cabo el ser humano? Lo mejor y lo peor de nuestro planeta lo ha captado en su objetivo el fotógrafo brasileño Sebãstiao Salgado.

Un film en fotos

El documental hace un recorrido que narra paralelamente los acontecimientos personales de la vida del fotógrafo y de su carrera, la cual podemos acotar en series fotográficas como ‘Génesis’, ‘Éxodos’, ‘La mina de oro de Serra Pelada’, ‘Terra’ y un largo etcétera. Cada uno de estos conjuntos de fotografías marcó la vida de Sebastião y la de su esposa y fiel ayudante Lélia.

Lo que hay detrás de una imagen

Solemos pensar que el buen fotógrafo es aquel que ‘llega y besa el santo’. El que tiene un ojo de águila que sabe cómo captar en poco tiempo lo mejor de una situación. En este documental observaremos que el mejor fotógrafo es el que sabe esperar y espera a que el mundo le entregue su mejor imagen, su mejor testimonio, (aunque sea una imagen durísima de niños desnutridos). La crítica neoyorquina interpretó las fotografías del brasileño como la búsqueda de un beneficio del sufrimiento de los humanos. Lo que realmente ocurre es que Salgado nos acerca un mundo que nos sería completamente ajeno y que ignoraríamos más aún porque nunca lo habríamos visto de no ser por sus fotografías. Del mismo modo cuando nos llegan imágenes de conflictos bélicos internacionales, de catástrofes naturales o de crisis alimentarias, solemos preguntarnos ¿Y no corrió riesgo el fotógrafo? ¿Cómo pudo acercarse tanto? ¿Cómo no murió de hambre también? ¿Por qué no salvó a los niños que tenía delante muriéndose? Preguntas muy occidentales todas ellas. Los fotógrafos están allí al pie de la batalla en medio de la muerte y de la nada, la miseria y las enfermedades. No hay ningún destino sofisticado para ellos, nadie les filtra el horror a sus ojos blancos. La vida y la muerte es menos determinante en esos lugares de lo que en nuestra sociedad parece. Tal vez Sebãstiao está vivo solo de casualidad.

Cuando se deforesta el alma

Tras una serie de proyectos fotográficos muy duros, Sebastião regresa a su finca familiar en Brasil y encuentra un paisaje absolutamente deforestado. Del interés por que vuelva a brotar la ilusión en su alma y la hierba en su entorno nace el Instituto Terra. Este proyecto es fundado por Lélia y por él mismo con el objetivo de reforestar bosques y salvar especies vegetales que se encuentren en peligro de extinción.

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