Clavijo apela al diálogo y al consenso para renovar Canarias “sin que nadie se quede atrás”

El candidato a la Presidencia del Gobierno de CC Fernando Clavijo, durante la lectura de su programa de investidura en la sesión plenaria del Parlamento regional. (EFE/Cristóbal García).

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

Unidad, diálogo y consenso. El discurso de investidura del que será el octavo presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha estado plagado de esas ideas fuerza, las únicas que pueden conseguir “superar esta crisis” para afrontar “el reto de la construcción de una Canarias renovada”.

Un Archipiélago catapultado por una “nueva economía” y cuyo objetivo es “que nadie se quede atrás”.

“No habrá salida si a la generación de empleo no asociamos un sistema de protección adecuado que preserve la dignidad y configure nuevas oportunidades para quienes han quedado excluidos del mercado de trabajo”, afirmó el candidato en la tribuna de oradores.

Casi de forma obsesiva, “la práctica del diálogo y la búsqueda del máximo consenso” entre fuerzas políticas, las instituciones y la sociedad civil canaria organizada, incluso con el Gobierno central, fueron el eje en el que Clavijo ancló la totalidad de un discurso que apenas sobrepasó la hora de duración.

Debate para hablar de la posibilidad de reformar el sistema electoral o para “cambiar el modelo económico”, para lo que es necesario “la implicación de todos”.

“Si no es juntos, no lo lograremos”, repetía como un mantra. “Me comprometo a establecer todos los puentes de diálogo posibles”, para lo que pidió a los líderes de las distintas fuerzas políticas que “huyamos del ruido que impide que existe un entendimiento”.

De Saavedra a Rivero

Y en esa apelación constante a la unidad ha hecho cómplices involuntarios a sus siete predecesores. Desde el primer presidente del Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra, hasta su inmediato antecesor, Paulino Rivero, sin olvidar a Fernando Fernández, Lorenzo Olarte, Manuel Hermoso, Román Rodríguez y Adán Martín.

De todos ellos usó una cita de sus respectivas investiduras para reforzar las ideas que quería expresar el candidato.

Que “es posible superar una crisis” (Saavedra) sin dejar a nadie atrás y pensando en el interés de las personas (Martín) aprovechando “el talento, la capacidad y la ilusión” de los canarios (Rodríguez), mediante el “ejercicio digno de la política” (Hermoso), reforzando el sistema educativo (Fernández), sin olvidar la necesidad de incrementar las cuotas de autogobierno (Rivero) y reforzando el Estatuto de Autonomía (Olarte).

Y también se dirigió a sus cinco adversarios en las urnas que han conseguido acta de diputado: Patricia Hernández (que será su vicepresidenta), Australia Navarro (PP), Noemí Santana (Podemos), Román Rodríguez (NC) y Casimiro Curbelo (ASG) para que “juntos devolvamos a la ciudadanía la confianza en nuestras instituciones”.

“Todos hemos sido elegidos en las urnas y todos somos los legítimos representantes del pueblo. Y lo que está en juego es ofrecer una vida mejor a nuestro pueblo”, remachó.

Un intento de complicidad que, a tenor de lo escuchado con posterioridad al discurso del candidato, no ha sido fructífero, ya que salvo socialistas y nacionalistas, ninguno de los aludidos pronunció palabras de mano tendida, sino todo lo contrario.

Ni soluciones mágicas ni medidas estrellas

Así que, como es previsible, Clavijo únicamente contará con el apoyo de los 33 diputados del Pacto CC-PSOE para “hacer frente a los retos del crecimiento económico” y “mejorar las políticas públicas en los Servicios Sociales, la Sanidad y la Educación”, sin olvidar el “fortalecimiento de nuestro autogobierno y las relaciones con el Estado y la Unión Europea”.

Políticas que no son “soluciones mágicas”, pues “no creo en ellas”, y que ni siquiera fueron compendiadas por el candidato en “una batería de medidas estrella que encajen en titulares de prensa”.

Actuaciones que, sin embargo, tiene previsto que sean respaldadas por los ciudadanos, pues quiere que “la calle no hable de lo que se dice en el Parlamento sino que en el Parlamento se hable de lo que dice la calle”.

Quizá por ello, porque “esta Cámara debe trabajar en estrecha colaboración con los profesionales de todos los sectores y el Gobierno”, Clavijo ha hecho una tímida concesión al último clamor popular traducido en manifestaciones, concentraciones y una iniciativa conjunta de toda la oposición: la reforma electoral.

Eso sí, con matices, recordando que ya existe una propuesta conjunta de nacionalistas y socialistas incluida en la reforma del Estatuto, aunque sin cerrarse a “explorar las distintas posibilidades” a través de “una mesa de debate y análisis”.

“Hablemos con expertos, analicemos distintas alternativas, comparemos otros sistemas electorales, oigamos a los representantes de la ciudadanía de todas las Islas y debatamos hasta encontrar una solución que satisfaga a todos y, sobre todo, garantice el equilibrio de nuestra realidad archipielágica”, afirmó.

Debate electoral, sí, pero sin olvidar que “esta tierra está conformada por islas y, todas y cada una de ellas, deben tener su representación, en igualdad de condiciones, en este Parlamento”. Otra forma de defender la inamovilidad de la ‘triple paridad’.

Y, también con el fin de recuperar la confianza de la ciudadanía, ha prometido que “todo cargo público al que se abra juicio oral por delitos que puedan suponer enriquecimiento para sí, para terceros o para a su partido, deberá abandonar el cargo o será cesado”.

“Dar explicaciones debe formar parte de la renovación democrática que demanda la sociedad, fomentando la transparencia”, ha insistido.

Educación y Empleo

En cuanto al sangrante problema del desempleo en las Islas, ha recordado que son las empresas, y no el Gobierno, quienes crean puestos de trabajo, aunque su Ejecutivo pondrá las condiciones para que “la burocracia no sea un obstáculo para la economía”.

“Sin crecimiento económico, sin empresas que creen empleo y que tributen, no podemos sostener los servicios públicos. Es una cuestión de matemáticas”, afirmó Clavijo.

Lo que se traduce en la Estrategia Canarias de Formación y Empleo, a la que no ha puesto fecha, pero que entre otras cuestiones abordará la inserción laboral de “jóvenes, desempleados de larga duración, mayores de 45 años y personas con discapacidad”.

Además, impulsará “incentivos fiscales para la incorporación en las plantillas de las empresas de trabajadores residentes con cualificación universitaria o Formación Profesional Superior”.

Y es que para el futuro presidente, “ha llegado la hora de tomar decisiones políticas que contribuyan a corregir el desajuste que existe entre el tipo de formación que reclama la economía y los estudios que se ofertan en la FP”.

Porque, a su juicio, “se debe articular un modelo educativo que se conecte, de manera efectiva, con las necesidades reales del mercado de trabajo”.

“Educación, educación y más educación. Esa es la clave y esa es la respuesta”, remachó.

Comisionado contra la exclusión social

Clavijo, que centrado bastante tiempo de su intervención en asuntos sociales, se ha comprometido a crear “la figura de un Comisionado que coordine toda la acción del Gobierno” destinada “fortalecer la lucha contra la desigualdad, la exclusión social y contra la pobreza”.

Políticas cuyo primer objetivo es “aprobar antes de fin de año” una Ley Canaria de Servicios Sociales para “romper el círculo de la pobreza” y que descentralizará los servicios que se prestan a los ciudadanos, “reduciendo” los “inadmisibles tiempos de espera en los casos de dependencia o discapacidad”.

Además, se ha comprometido a revisar el decreto de copago y a “garantizar las partidas necesarias” para cubrir la Prestación Canaria de Inserción (PCI), que quiere vincular al “objetivo de inserción sociolaboral”, pues “la desigualdad se corrige con más inserción social”.

Asimismo, y asumiendo las tesis de su adversaria en las urnas y futura vicepresidenta, Clavijo se ha comprometido a “la paralización de los desahucios”, la puesta en marcha de “una Oficina de intermediación hipotecaria cuyas principales funciones serán ejercer de mediador, ofreciendo alternativas como la quita, la reestructuración de la deuda o el alquiler social” y la imposición de “sanciones para aquellas entidades que mantengan cláusulas abusivas” en los contratos hipotecarios.

Y para concluir el apartado social, ha apostado por un “sistema sanitario universal y gratuito”, con un Pacto Social y Político por la Sanidad, la aprobación “en el primer año de la legislatura” del Plan de Urgencias Canario, el reforzamiento de la Atención Primaria, la potenciación de la formación contínua de los profesionales, el aumento del número de camas para enfermos crónicos y la conclusión de la red de hospitales.

Agenda canaria

Como todos sus antecesores, aunque en este apartado citó expresamente a Olarte y Rivero, el candidato a la Presidencia del Ejecutivo ha insistido en un mensaje clásico: “las actuales cuotas de autogobierno son insuficientes para poder ofrecer las soluciones más adecuadas para paliar los efectos devastadores que la crisis está teniendo sobre las personas y sobre las empresas”.

Por ello, pedirá una reunión con el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, para impulsar una ‘Agenda Canaria’ compuesta por: “las especificidades de Canarias en la futura reforma de la financiación autonómica, la reforma del Estatuto de Autonomía, el impulso del REF económico, que debe ser una prioridad, y las relaciones de Canarias con la Unión Europea”.

“Necesitamos un REF anclado en la Constitución para que nos dote de las herramientas que nos permitan competir en igualdad de condiciones que el resto de comunidades del Estado. Si nos dejan competir, lograremos salir adelante”, aseguró a los presentes en el hemiciclo.

Junto a ello, la “revisión del modelo de financiación autonómica”, porque “no cejaremos en nuestro empeño para trabajar diariamente con los recursos que disponemos, con nuestros propios medios, pero tampoco daremos un paso atrás en la defensa de lo que nos corresponde”.

Sin olvidar, por supuesto, “la modificación del Estatuto de Autonomía” y la de la Disposición Adicional Tercera de la Constitución “para el reconocimiento de la lejanía e insularidad como hechos diferenciales”.

“Esa modificación debe servir para demandar un Estatuto especial para Canarias que haga viable, dentro del Estado Español, los mecanismos que nos permitan nuestro desarrollo como pueblo”, afirmó.

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