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“En Espal creemos que la Ley del Suelo introduce a Canarias en una economía de casino en la que se puede especular”

Macame Mesa

Las Palmas de Gran Canaria —

El XXVII Encuentro de Solidaridad con los Pueblos de África y Latinoamérica (Espal) que ya ha comenzado a desarrollar actividades en el municipio grancanario de Santa Lucía de Tirajana, celebra el plato fuerte de su programación del 3 al 8 de abril bajo el lema La tierra no se vende.

La cita reunirá en Vecindario a activistas por los derechos humanos, la justicia social y el medio ambiente, que participarán en un Foro Internacional, y además estará aderezada con conciertos, representaciones y exposiciones fotográficas, entre otras actividades.

El director del Encuentro y periodista, Txema Santana, explica en una extensa entrevista con Canarias Ahora el significado de un lema que no sólo abarca los acaparamientos de tierra que están teniendo lugar África, Brasil o Latinoamérica por parte de grandes multinacionales, sino que afecta también a Canarias.

Santana afirma que “hablamos del acaparamiento de tierras a nivel masivo, pero también se lleva a cabo en territorios más pequeños. Podemos poner un ejemplo como el canario, en el que la mayor parte de las zonas turísticas, donde se puede sacar mucha plusvalía y rentabilidad económica, está en muy pocas manos”.

El año pasado se habló de fronteras, éste año el lema es La tierra no se vende, ¿también engloba lo anterior, pero guarda más significado?La tierra no se vende

La tierra no se vende es un tema que se ha puesto sobre la mesa, porque es un asunto trasversal que afecta al bienestar de las personas en el mundo. En muchos países, espacios donde tradicionalmente se sembraba, están siendo vendidos a multinacionales, para cultivos extensivos que muchas veces se dedican a productos que no se comen. Ya sea biocombustible o productos de exportación. Países asiáticos como China o Tailandia están comprando grandes extensiones, millones de hectáreas, para cultivar para sus países, dejando a zonas de África, Brasil o Latinoamérica, sin las tierras que trabajaban para comer.

¿Eso se puede considerar una usurpación?

Land grabbing, acaparamiento de tierras es el término que se acuñó en 2008 y viene a ser una usurpación del territorio con la venia del estado usurpado. Un acuerdo entre estados que afecta a la población. Eso está haciendo que miles de campesinos y la gente en general abandone sus tierras y se produzcan esos movimientos migratorios hacia las ciudades africanas, latinoamericanas o hacia el norte.

¿Cómo combatir algo así?

Para empezar, intentando sensibilizar de que esto ocurre. Los campesinos del mundo se están uniendo en un movimiento global para intentar llevar a las Naciones Unidas un problema de estas características. De todas formas las FAO y Naciones Unidas ya han pedido que no se siga con esta práctica, que afecta a más de 50 millones de hectáreas en el mundo.

En el Foro Social Mundial de Dakar de 2011 se hizo un llamamiento para frenar esta práctica, que ha sido desoído por parte de la sociedad civil. Hablamos del acaparamiento de tierras a nivel masivo, pero también se lleva a cabo en territorios más pequeños. Podemos poner un ejemplo como el canario, en el que la mayor parte de las zonas turísticas, donde se puede sacar mucha plusvalía y rentabilidad económica, está en muy pocas manos.

¿Quiere decir eso que Canarias no está libre de esta práctica?

Sí, yo invito a los periodistas a que sepan si durante la tramitación de la Ley del Suelo hay empresarios que han acaparado tierras por lo que se pudiera hacer después.

El Foro de Derechos Humanos de Espal también hablará de la Ley del Suelo en una mesa con Carmelo Padrón como ponente. Pero, ¿desde qué punto de vista se va a abordar la norma?

Hicimos una serie de encuestas y entrevistas antes de poner en marcha el encuentro de este año y en todas veíamos y entendíamos que no se abordaba Canarias en la cita. Espal es un encuentro de solidaridad con los pueblos de África y América Latina, pero en el que siempre quedaban fuera las islas, por lo que nos hemos propuesto introducirlas.

Vamos a contar con un panel canario en el que van a tener representación tres movimientos de protección de “la tierra no se vende”. En el consejo de Espal creemos que la Ley del Suelo introduce a Canarias en una economía de casino en la que se puede especular y en la que se van a cambiar los usos para el suelo de las Islas.

Por otro lado, hablaremos del “no a las prospecciones petrolíferas”, un movimiento que vertebró a la sociedad civil de las siete islas y que es referente en otros lugares por cómo se gestó y unió a la población sin fisuras. Y también de “Tindaya no se toca”. Ya sabemos que el proyecto de Tindaya pretende privatizar una montaña para que una empresa saque rentabilidad de un monumento que ya existe y que fue muy importante para los antiguos habitantes de Fuerteventura.

En el caso de las prospecciones, el rechazo provino de una sociedad “tercermudista”, según el presidente de Repsol.

Exactamente. Pero bueno, que Brufau diga que la sociedad civil canaria es tercermundista es un halago, porque lo que para él fue un dolor de muelas, para muchos canarios fue un cúmulo de emociones y de sentirse hermanados ante una lucha contra las prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a las islas, por lo que pudiera ocurrir. Finalmente, se realizaron, y para muchos no fue una batalla perdida.

Este año coge relevancia el Foro de Derechos Humanos, Activismo y Justicia Social. ¿En qué se han basado para guiar estas ponencias?

Vamos a tener distintos paneles. Vamos a hablar de la soberanía alimentaria, que es fundamental para el tema que abordamos este año: La tierra no se vende. El hilo conductor de todo el Foro es mostrar la experiencia de colectivos sociales que, a nivel global, han conseguido que su pueblo resista a las intervenciones de multinacionales. Es el caso, por ejemplo, del pueblo del Sarayacu. Son 1.000 habitantes en la amazonia ecuatoriana y va a venir su representante internacional, que se llama Patricia Gualinga, una mujer indígena, feminista y campesina. Vive en la selva aislada y va a viajar hasta Vecindario para contarnos cómo se resiste a la intervención de una multinacional que quería sacar petróleo bajo su suelo. Están resistiendo. Nos va a contar la relación que tienen con la naturaleza y cómo se vive en lo que ella llama la “selva viviente”.

También vendrá Mariam Sow. Ella es campesina, feminista, senegalesa, líder de la ONG que lucha contra los acaparamientos de tierra en Senegal, que han sido muchos y masivos. Desde los años 80 está vertebrando un movimiento de mujeres campesinas que es referente en el mundo. Creemos que visibilizando la lucha de las mujeres y la tierra, visibilizamos algo que debe formar parte del futuro si queremos vivir en una tierra esperanzadora.

Igualmente, hemos querido coaligar las causas con las consecuencias. Tendremos en el Foro a personas como Helena Maleno, que hablará de cómo en la frontera de España con Marruecos, en el norte de África, se encuentran muchas de las personas que han tenido que emigrar por este tipo de causas. Hemos intentado traer a Canarias a estos colectivos sociales y ligarlos con los de aquí, para intentar vertebrar un discurso global que tendrá su fundamento en el manifiesto al final del Foro, que se leerá durante los conciertos y que intentaremos elevarlo cada año.

¿Ves interés por estos temas entre los canarios?

A veces sí y a veces no. Creemos que en ocasiones hay que poner temas sobre la mesa que a priori no tienen importancia, pero cuya relevancia es fundamental para nuestro futuro. Por eso hemos elegido La tierra no se vende en Canarias, un territorio frágil, fértil y sobrepoblado, en el que ya habitan más de dos millones de personas y además recibimos a 15 millones de turistas, más los que parcialmente residen aquí. Si hablamos con expertos, nos dicen que los turistas pasarán más tiempo en Canarias y habrá algunos que prolonguen su estancia durante tres meses. Serán los turistas residentes, los que pueden hacer parte de su trabajo desde el lugar donde están pasando las vacaciones. Hay Archipiélagos que limitan la llegada de turistas, nosotros aún no hemos tomado esa decisión, pero desde luego 15 millones de turistas, más dos millones de habitantes, en un territorio tan frágil como es un Archipiélago, igual es un momento para empezar a repensar el futuro de Canarias.

¿Cuál es la intencionalidad del acaparamiento de tierras que tiene lugar en las islas?

Los datos que manejamos no son concluyentes y van llegando de fuentes no oficiales, pero sí invitan a pensar que la larga tramitación de la Ley del Suelo ha permitido a gente con disposición económica, comprar terrenos cuyo uso va a cambiar, por lo que posteriormente especularán con el territorio. No hay nada más terrible para un territorio y más para un Archipiélago, que el que especulen con la tierra. Creo que no es casualidad que alguna de las zonas turísticas más rentables de España estén copadas por unos empresarios determinados, muy limitados y que están sacando una gran rentabilidad a ese suelo. Este movimiento de acaparamiento de tierras a una menor escala se está dando en varias islas, particularmente en la Isla de Tenerife, según informaciones que no hemos podido contrastar, porque no estamos en eso ahora mismo, pero sí que apuntan a la compra de miles de hectáreas.

¿Para dedicarlos al turismo?

No lo sé, desconozco qué intención tendrán en el futuro, pero cuando compras un terreno rural a sabiendas de que su uso va a cambiar, quizás lo dediques a algo que te vaya a dar una rentabilidad muy grande. En Canarias el turismo es muy rentable, desde luego.

Dentro del Foro de Derechos Humanos, ¿hubo alguna ponencia que se quedó fuera y te hubiera gustado que estuviera?

Sí, había varias opciones, procedentes sobretodo de Estados Unidos, donde los movimientos sociales están eclosionando por la llegada de Trump a la presidencia. Hay proyectos que tienen que ver, por ejemplo, con el oleoducto de Dakota. Hay un movimiento social muy importante que se está movilizando para intentar evitar que ese oleoducto que atraviesa una zona virgen se construya y sobretodo el fraking.

El fraking no lo hemos podido encajar bien en este Foro - seguramente en el futuro habrá oportunidades - pero se está llevando a cabo sobretodo en países cuya legislación lo permite y tiene muy preocupada a la gente que trabaja en la tierra y que se dedica a la protección del territorio.

Aunque este 2017 el lema sea La tierra no se vende, en Espal iniciamos un cuadro paralelo que va por infancias robadas. En esta ocasión abordamos los niños de la calle en Senegal, un tema que nos va a acompañar durante los próximos cinco años y que viene a complementar lo que contamos en el Foro.

También se celebrarán conciertos que cuentan con la participación de El Naán y con Bebe.

El Naán es un grupo de Palencia que viene de Tabanera de Cerrato, que utiliza instrumentos ordinarios y de otro tipo, porque están recuperando la cultura de los pastores de Castilla y León y haciendo música con sus herramientas. Hacen un formato de concierto que es espectacular. Me atrevo a decir que nadie que vaya al concierto se va a ir sin una sonrisa y desde luego, con la curiosidad de por qué y cómo transmitían la música y la cultura estos pastores.

Bebe actúa el viernes, con la entrega de los premios Espal, que se entregan este año por primera vez. Habrá un premio Espal Canarias y otro Internacional.

El sábado estrenamos el formato de festival de día, empezamos los conciertos a las 18.00 horas con La Guagua Band, que es una banda local, La Chiva Dantiva que es una banda mestiza, yo digo que muy europea. Son varios chicos colombianos, de Vietnam, Bélgica, que tienen su sede en Bruselas y hacen música que un rato suena a cumbia y otro arrastra influencias francesas y asiáticas. Y cerramos con Che Sudaka, que son dos argentinos y dos colombianos que viven en Barcelona y que llevan 15 años girando con la canción protesta, que es lo que buscamos. Mostrar las músicas del mundo, pero también música con sentido y con mensaje hacia donde proponemos.

Los conciertos son de pago?

Bebe y El Naán sí, el festival en la calle es gratuito.

La alcaldesa dijo que el festival iba a costar 40.000 euros y al final ha llegado una ayuda del Cabildo. ¿Hay desinterés en las empresas privadas para apoyar este tipo de eventos?

No lo sé, porque este año no hemos sondeado esa parte. Hemos arrancado un formato que veremos si se puede mantener o no de una manera pública. Pero no debería, porque al final creo que estar en los lugares donde se trasmiten mensajes de coherencia, de una cohabitación de forma sana del planeta, es un mensaje que para las empresas es positivo también. Al final, si nos ponemos en el papel cliente-mercado, los usuarios de este tipo de encuentros también consumen, aunque en algunos casos lo hagan de forma más responsable. Creo que asociar las marcas a este tipo de eventos no es una mala asociación, desde luego.

¿Crees que tenemos una carencia en Canarias de este tipo de festivales de concienciación frente a los de la evasión y el entretenimiento?

Creo que hay para todo. Hay momentos de evasión y de concienciación. Cuando me propusieron participar en Espal inicialmente y luego dirigirlo, no tuve duda en decir que sí, porque he sido usuario de Espal desde que tengo uso de razón. Creo que es necesario unir una pedagogía que no agrede a nadie y creo que insta a habitar de forma más responsable el lugar donde vivimos y por otro lado mezclarlo con un mensaje cultural. Creo que hay espacio para la evasión y la diversión, pero también para pasear por un soco gastronómico con comidas del mundo y escuchar música hecha por vietnamitas, colombianos y belgas en una plaza en la que esperemos que se encuentre mucha gente de muy diversas procedencias.

Pero no hay muchos festivales de este tipo en Canarias.

No los hay. Este festival cumple 27 años, creo que es un hito que un festival dure tanto y que sea de esta temática. Womad hizo una gran labor para el trabajo del mestizaje cultural y transmitir un mensaje de convivencia. Espal es una propuesta distinta, que incluye un Foro Internacional y sí, es verdad que faltan, pero también hay otros encuentros como puede ser el Boreal en Tenerife, y otros encuentros de distintas dimensiones que incluyen mensajes y trabajos medioambientales.

En Espal también se hace un trabajo previo con jóvenes del municipio.

Se llama Educa Espal y se ofrece a los institutos participar en todas sus actividades. Éstos se desplazan a ver las exposiciones fotográficas, los conciertos y a participar en el Foro, donde también habrá documentales. Creo que son 13 institutos los que ya están apuntados, también de Telde va a llegar uno y creo que es algo que iremos ampliando los próximos años con la intención de hacer un gran encuentro del alumnado en torno a la solidaridad. Nosotros decimos: nos encontramos en torno a la solidaridad y la justicia social, bailemos.

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