Este sábado se casó el presidente de la Caja Insular de Ahorros, Antonio Marrero Hernández, con la economista Milagros Benítez Cabrera. La boda la ofició Froilan Germán Rodríguez Díaz, senador por Gran Canaria y alcalde de Arucas, ciudad del novio -de La Goleta, por más señas- en la antigua Casa del Mayorazgo, luego Casa Gourié y hoy Jardines de Gourié y Museo Municipal. Mientras las señoras se destrozaban los tacones en el adoquinado patio del emblemático edificio y todos buscaban las sombras de los árboles en un día tórrido y calimoso, el alcalde invocaba, en alocución sentida, cómo no debe ser el mundo (a ver si le hacen caso algunos de sus camaradas); luego, dos compañeros del Claustro hicieron una especie de intervención radiofónica a dúo, a lo Piedrapomez en tono de fiesta del Padre Director de La Salle, con poesía incluida al final: ''¿Que Antonio Marrero se casa? ¡Milagro! Milagro con mayúscula''... Ni lo de Escrivá, vamos. Lo mejor fueron las sentidas palabras de doña Eugenia González, tía carnal una vez del antiguo director de La Caja, Juan Francisco García González, y sin embargo él, sobrino dos veces, brilló por su ausencia a pesar de estar invitado; ella es la madre del dos veces primo carnal de este, Juan Antonio García González, actual decano del Colegio de Economistas y alto Cargo de La Caja, que andaba ese día como quien casa a un hermano, y no era para menos. (Hay que leerlo dos veces, lo confesamos).