Una de las secuelas del conflicto creado por la Inspección de Hacienda con respecto a la Reserva para Inversiones de Canarias (RIC) es de especial gravedad: Europa ya mira atenta a este incentivo que, según la opinión del cuerpo de inspección, es una bolsa de fraude. El fondo ya lo conocen: de la necesidad de invertir se pasa a que la acreditación de la actividad debe enjuiciarla el inspector caso a caso en el supuesto de inversión en bienes con destino al alquiler, sean naves industriales o lo que sea. Adán Martín, en su etapa de consejero de Economía y Hacienda, no pudo con ese toro, pero es sabido que el hoy presidente no llegó por méritos, sino por designio ático. En el centro del ruedo ahora está un diestro que nunca fue figura para las multitudes pero que en su longeva vida ha formado carteles de todos los colores. Truculento experto en torear con el pico de la muleta, Mauricio apenas pierde la compostura. Es capaz de engañar en una tarde de éxito al toro, a los alguaciles, a los monosabios, al presidente (de la corrida) y a los caballos. Es ahora la gran esperanza de un colectivo importante de empresarios.