No estuvo nada atinado el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Manuel Soria, el pasado jueves, cuando acudió a inaugurar las fantásticas instalaciones de la Bodega Insular, en la Vega de San Mateo. Ya saben que lleva una rachita de simpático que no se puede aguantar, aún reconociendo como reconoce que la madre naturaleza no le dotó para el humor. No obstante, él se lanzó e hizo sus pinitos contando en versión muy particular el famoso chiste del macho cabrío (o cabra, según quién cuente el cuento) que pertenecía a un famoso cabrero de La Isleta, de nombre Mauricio (y no va con segundas). Pues bien, el tal Mauricio tenía un macho cabrío muy famoso en la capital grancanaria, y a menudo solía prestarlo a los propietarios de cabras con el muy reconfortante objetivo de que el animal yaciera sin concupiscencia y con el fin de procrear, con las hembras de su especie.