Tiene razón Juan Carlos Alemán cuando asegura que CC y PP quieren que la ilegalidad del istmo sea metabolizada de tal manera por los medios de comunicación, y luego por la ciudadanía, que el hecho de que un dirigente público viole la ley pase directamente a formar parte de su vademecum. Terrible. Mauricio dice ahora que Arnáiz no tiene la culpa, que actuó por obediencia debida. Millones gastados en rescatar concesiones, viajes, cuchipandas, premios y prebendas... ilusiones perdidas. Pero Arnáiz es inocente, dice el camarada. Parece mentira que tanto tiempo en Madrid no haya servido para que Mauricio sepa que la Autoridad Portuaria es un órgano estatal que responde a un principio jerárquico y que, como organismo público, se debe a la lealtad institucional. En realidad Mauricio lo sabe, pero tiene que seguir protegiendo a Arnáiz porque en ese puesto lo puso para que defendiera a los empresarios con los que el camarada consejero se reune antes de que el presidente del Puerto decida. O aparente que decide.