Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Un auto alicatado hasta el techo

Jorge Rodríguez en el juicio del caso Grupo Europa.

Siete años después de que Canarias Ahora publicara la primera noticia sobre el caso Grupo Europa, en estos momentos pendiente de sentencia, la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha decidido mantener en la situación de sobreseimiento provisional la causa abierta contra los tres periodistas que informaron y opinaron sobre el asunto a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias absuelva a uno de los principales encartados, el diputado del PP Jorge Rodríguez Pérez. El auto, del que es ponente el magistrado Carlos Vielba, es para explicar en las escuelas de prácticas jurídicas y en las facultades de Derecho como un ejemplo insuperable de atípico, antijurídico y chiripitifláutico, y no necesariamente por este orden. Porque la tesis principal que mantiene el ponente es que una información sobre hechos que se investigan y/o se juzgan, no adquiere la categoría de cierta hasta que la avale una sentencia judicial, suponemos que firme. Por fortuna, ni esa sección ni el magistrado Vielba tienen la categoría suficiente para sentar jurisprudencia o doctrina, porque de ser así, todos los periodistas que han informado y vienen informando de casos como Gürtel, los ERES o Urdangarín, Faycan, Unión o el lucerito del alba (y perdón por lo de alba) estarían ahora borrando de internet todas sus noticias a la espera de que haya un pronunciamiento judicial sobre lo que han publicado.

Hechos que sirvieron para un juicio

El auto de la Audiencia Provincial trae consecuencia del segundo intento de archivo de la causa por parte del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, que lleva investigando los hechos desde 2007, año en el que el diputado Jorge Rodríguez se querelló por calumnias contra Canarias Ahora y contra dos de sus periodistas (luego ampliada la imputación a un tercero con el presunto delito ya prescrito) por haber publicado en exclusiva el caso Grupo Europa, en el que su señoría (el parlamentario) aparecía cobrando suculentas comisiones por introducir a la empresa Grupo Europa en el Ayuntamiento de Telde para que se hiciera cargo, sin concurso, de la construcción de viviendas sociales en esa ciudad, por entonces (como ahora) gobernada por el mismo partido que el querellante, es decir, el PP. Las noticias de Canarias Ahora, basadas siempre en investigaciones policiales y judiciales, incluían una serie de hechos tan evidentes que valieron al magistrado García Sotoca y al fiscal anticorrupción Luis del Río para abrir juicio oral (al primero) y para acusar (en el caso del segundo) a media docena de imputados. Debemos colegir, con el auto de Vielba en la mano, que la convicción de la Policía y de la autoridad judicial sobre la veracidad de los hechos, o al menos sobre los consistentes indicios obtenidos de la investigación, también los convierte a todos ellos en posibles destinatarios de la misma querella del señor Rodríguez. Y a todos los demás medios canarios y españoles que informaron sobre el asunto, por añadidura.

Noticias veraces pero inciertas

En su escueto auto de seis folios, el magistrado Carlos Vielba revisa, a petición de la defensa de Jorge Rodríguez, el sobreseimiento libre, es decir, el archivo definitivo, de la querella por calumnias al quedar probado en la instrucción que los periodistas informaron de hechos ciertos y contrastados, y que buscaron la verdad de modo diligente, para lo que aportaron pruebas suficientes al instructor. Y así lo reconoce el ponente al afirmar que “no cabe hablar de una información falsa, aun cuando sí anticipada [lo que viene siendo una exclusiva, añadimos nosotros para mejor ilustrar], así, y por más que la celebración del juicio contra el apelante [Jorge Rodríguez] en el ya citado Caso Europa, no puede ser conceptuado como la excepción de la verdad, efecto que solo tendría la posible sentencia condenatoria, no es menos cierto que esa información no puede ser tachada de falsa, pues de ser así nunca se hubiera abierto (y por ende celebrado) el juicio oral, de esta suerte el mantener viva la investigación cuando existen dudas sobre la certeza o no de las imputaciones no es admisible”. Tan impepinable afirmación esta última, sin embargo, se desbarata a continuación al escribir el magistrado que “si la hipotética sentencia condenatoria elevaría a la categoría de ciertas las imputaciones [sic] periodísticas, un pronunciamiento absolutorio convertiría a las mismas en inciertas (que no falsas, cuidado), de ahí que entendamos que se ha de acordar, al amparo del artículo 641.1º, el sobreseimiento provisional”. O nos hace un croquis el señor magistrado o esto no hay quien se lo trague. Porque le hubiera bastado pedir al TSJC la transcripción de lo dicho por Jorge Rodríguez en el juicio para comprobar que los hechos narrados por Canarias Ahora fueron reconocidos por el acusado, con las matizaciones que un personaje de verbo tan florido aporta siempre que le dan la oportunidad. Más cabría pensar que el deseo de la Sala, completada por el presidente de la Audiencia Provincial, Emilio Moya, y por el magistrado José Luis Goizueta, es dejarle al diputado del PP Jorge Rodríguez una salida para continuar con su perreta contra los periodistas en una causa penal que ni tiene pies ni tiene cabeza, por no mencionar la vulneración de derechos fundamentales a la que contribuye este vergonzoso auto. Ya les contaremos cómo acaba esto porque el auto coincide en el tiempo con los incesantes rumores en el foro de que el tribunal va a absolver a Jorge Rodríguez del delito de tráfico de influencias por el que se sentó en el banquillo.

Podemos, en el salón de plenos

Hay politólogos que sostienen que el principal beneficiado del auge de Podemos es el Partido Popular, y a las más recientes encuestas nos remitimos: se estanca el PSOE y caen estrepitosamente Izquierda Unida y UPyD, y el partido de Mariano Rajoy. Miel sobre hojuelas. Los hay incluso que aconsejan a los populares echar una manita al partido de Pablo Iglesias precisamente para profundizar en esas tendencias tan interesantes. En esa línea puede estar yendo el engorde que provoca que al carismático líder lo anden poniendo a parir todos los voceros de la derecha con acusaciones del más grueso calibre que van desde su bolivarismo hasta su presunta simpatía por el movimiento etarra, pasando por una amplia gama de insultos que incrementan la simpatía de los que hasta ahora se consideraban poco o nada representados. Canarias, tierra de endemismos y de experimentos políticos del más variado pelaje no podía estar exenta de esa querencia popular, y el primer ejemplo (que sepamos) lo hemos encontrado en el inigualable municipio de Mogán, más concretamente en su Ayuntamiento. El alcalde, Paquirrín González, no ha tenido el menor inconveniente en ceder el salón de plenos de las casas consistoriales para que el Círculo de Podemos moganero celebre allí una su tercera asamblea, prevista para este mismo martes a las siete de la tarde. Dos datos curiosos destacan en esta gentil concesión. Primero, que ese mismo salón de actos se le ha negado siempre a los partidos de la oposición que, por mucho que irrite al señor alcalde, tienen más representación popular a día de hoy que Podemos. Y segundo dato, el Círculo de Podemos de Mogán tiene en su núcleo duro a una nutrida representación del funcionariado municipal, lo que automáticamente invita a la tentación de pensar que algo de calorcillo debe haber despertado en el grupo de gobierno, por supuesto del Partido Popular. Ahí queda eso.

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