En cualquier caso, las presuntas deudas y los afectuosos acuerdos entre Germán Suárez y Manuel García Navarro eran asuntos accesorios que giraban alrededor de la cuestión principal, la operación de tercera vía ante una posible disolución de la UD Las Palmas. Y es aquí donde, sin pretenderlo, perjudicamos a uno de los muñidores en presencia, el empresario Ángel Luis Padrón. La coincidencia quiso que sus viejas y aireadas rencillas con Germán Suárez las recordáramos unas pocas horas después de que ambos se reunieran para alcanzar un acuerdo particular, especialmente ventajoso para Padrón, que por nuestra culpa quedó como un cantamañanas ante el empresario portuario. El encuentro acabó en fraternal abrazo y en reconocimiento de la grandeza y generosidad de la autoridad competente. Vaya si lo sentimos, pero nunca es saludable en estas cosas matar al mensajero, y mucho menos cuando lo que intentaba Padrón era valerse de él para sus fines u objetivos. Pero para tranquilidad y salud mental de todos, Padrón no lidera ninguna operación, y menos a partir de ahora.