Para concursar para la explotación del museo del faro de Maspalomas se han mostrado interesadas varias empresas, algunas de ellas de mucha potencia y gran presencia en esa zona, tanto a babor como a estribor del singular monumento. Según el proyecto original, el que se haga con la concesión podrá explotar esa cafetería de 40 metros, pero también habrá de hacerse cargo de la gestión, mantenimiento, explotación, conservación y limpieza de toda la edificación, así como de las obras necesarias para que aquello pueda ser transitado por los visitantes del museo. Las cosas venían tan dadas de atrás, según sostiene el actual grupo de gobierno, que hasta el muro donde habrá de apoyarse la barra de la cafetería está levantado desde hace muchísimo tiempo. Veremos en qué desemboca la polémica.