Un lector muy atento a lo que ocurre en El Mundo nos escribió en tono triste hace unos días reprochándonos que no hubiéramos informado de la escaramuza republicano-ecologista que se produjo en la piscina de la casa de veraneo del periodista Pedro J. Ramírez en Mallorca. Nos preguntaba por qué no habíamos dado una sola línea de ese asalto que protagonizó un grupo de personas con un diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) al frente. Y le contestamos que no pudimos competir con El Mundo, que nos pisó la primicia, como es natural. Además, no teníamos nada nuevo que aportar a ese culebrón en que se ha convertido la piscina pedrojotista-ruízpradista y que no habría pasado de frío expediente administrativo si no fuera por quién es el propietario que se quiere dar sus chapuzones en ella. Les contamos algunas claves que seguramente no conocerán.