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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Ser tolete y no morir en el intento

Guillermo Reyes junto a José Manuel Soria y Paco Valido, el único que se marchó a tiempo.

Paco Valido era el alcalde de Telde en el peor momento de la historia de la ciudad, cuando se destapó el escándalo de corrupción popularmente conocido como caso Faycan y judicialmente conocido como espera que no haya elecciones para convocar el juicio, que jodemos al PP. Él fue uno de los detenidos en aquella operación que conmovió a toda la opinión pública canaria y que hizo cambiar el criterio de depuración de responsabilidades que hasta aquel momento había mantenido José Manuel Soria. Ante la evidencia de que le detenían a media docena de concejales, con su alcalde al frente, ¿cómo expedientarlos y echarlos a todos del partido? ¿Cuántos iban a quedar en pie con la cantidad de procesos penales abiertos por corrupción? Así fue, Soria no echó a nadie más, sino más bien todo lo contrario: potenció a una de las detenidas, María del Carmen Castellano, hasta convertirla incluso –con la ayuda inestimable de la ciudadanía y de Coalición Canaria- en alcaldesa de Telde cinco años después de salir de los calabozos de la Policía. Fue tan acertada la elección de Castellano que a los delitos por los que se le acusa en el caso Faycan supo acumular tres o cuatro más en otras tantas causas durante el tiempo que fue alcaldesa en este último mandato (2011-2015). La ambición le pudo mucho más que al bueno de Paco Valido, que tras aquellos sucesos tan dramáticos que incluso desembocaron el el suicidio de Toñi Torres, también encartada, prefirió pasar a un segundo plano y acertar un cómodo retiro como asesor del PP en el Cabildo de Gran Canaria, hasta que el chollo duró. En la sombra de todo aquel cuate trienio negro (2003-2007) siempre estuvo el líder de la agrupación Asociación Federal del Calle-Ciudadanos por el Cambio (AFV-Ciuca), Guillermo Reyes, con una habilidad tan notable que dejó como auténticos idiotas a todos los que le hicieron el trabajo negro, incluida alguna juez con destino en Telde que pasó por su culpa el peor trago profesional de su carrera. Reyes también volvió a gobernar en 2011 gracias al PP y a Coalición Canaria, y volvió a hacer de las suyas hasta que alguien le cogió la matrícula y lo echó del gobierno municipal. Ahora es concejal de la oposición, pero su manera de actuar no ha cambiado en absoluto.

El mayor ataque a la libertad de expresión

Fue Guillermo Reyes quien alentó en 2010, siendo otra vez concejal en la oposición frente a un gobierno de Nueva Canarias con el PSOE(2007-2011), una denuncia contra tres emisoras de radio locales a las que la juez María de los Ángeles Zabala investigó por un presunto delito contra la propiedad intelectual. El denunciante fue un joven familiar de Reyes que no sabía, el pobre, dónde le quedaba la mano derecha, pero cumplió con éxito su cometido porque en el juzgado lo estaban esperando como agua de mayo para activar a la Guardia Civil de Guía (aunque Telde tiene comisaría de la Policía Nacional) para que actuara con una contudencia inaudita, detuviera a nueve personas y, en aplicación de un auto de la jueza, precintara los equipos de emisión de las tres radios para que no pudiera emitir. Fue uno de los ataques a la libertad de expresión más descarnados de cuantos se han dado jamás en esta ultraperiferia, mientras la emisora que patrocina Reyes, Radio Aventura, se quedaba emitiendo sus soflamas en solitario. Penoso. La actuación de la jueza fue tan excesiva que una querella del propio Ayuntamiento de Telde la condujo a una imputación penal por prevaricación judicial continuada, de la que se libró por puro corporativismo, como es menester. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias detectó indicios de antijuricidad, pero no con la intensidad suficiente como para procesarla y, en caso de condena, apartarla de la carrera judicial. Un escándalo sobre otro escándalo. Mientras se archivaban deprisa las actuaciones contra la magistrada, la causa contra los responsables de las tres emisoras siguió su curso inalterable y lento, hasta que en junio pasado la enésima magistrada que se hizo cargo de la causa decretó su sobreseimiento libre, fundado en que no existieron pruebas debidamente justificadas que acreditaran la comisión del delito que originó todo aquel revuelo. Cinco años después, las emisoras siguen sin recuperar sus ordenadores y sin poder recuperar plenamente los derechos que le fueron violentamente arrebatados por una jueza debidamente alentada por un político indecente que Telde no se merece. Un político que ha decidido que esa instrucción no debe cerrarse, por lo que ha decidido recurrir el auto de la jueza para que su tremenda mamarrachada siga viva un tiempo más. Si hubiera grados para evaluar al tolete, Reyes estaría en la cúspide.

Empeñados en relanzar a Soria

La fotografía que ilustra hoy esta sección está escogida con toda la intención del mundo. Junto a los mencionados Paco Valido y Guillermo Reyes vemos a un pletórico José Manuel Soria, luciendo bigote en todo su esplendor y respaldando con su presencia al grupo de gobierno de Telde en el fatídico cuatrienio negro: el PP y AFV-Ciuca. Soria ha sido un elemento esencial para el fortalecimiento de la corrupción en Canarias por el respaldo que siempre ha prestado a los corruptos y por la persecución implacable que inició contra determinados policías cuando tuvo el poder suficiente como para dirigir contra ellos toda su ira. ¿Conocen algún caso de corrupción del PP cuya investigación se haya iniciado estos últimos cuatro años en Canarias? Al contrario, casi todos los que estamos viendo desfilar son producto de aquella época en la que Soria miraba para otro lado mientras los suyos se lo llevaban crudo. No atraviesa Soria en estos momentos por una etapa de gloria, por mucho que haya alcanzado una de las mayores metas que un político español puede proponerse. Es ministro, es verdad, pero con tantos frentes abiertos que al que le sustituya le va a ser ciertamente difícil devolver a la normalidad los destrozos que este hombre ha hecho. Sin contar el desgaste que supone que toda España ya sepa que es un redomado mentiroso y un colgadera al que le gusta que le inviten a pasar vacaciones a lo largo y ancho del mundo. El último renglón que ha aportado a su biografía es la ridícula gestión que está haciendo de la crisis de Volkswagen, lo que lo ha catapultado a los más elevados lugares del ridículo internacional. Sin embargo, sus periodistas de cabecera siguen dándole a la rueca a ver si en una de estas consiguen tejer una afirmación que concuerde con la realidad. Los compañeros de El Confidencial Digital siguen empeñados en colocar a nuestro ministro como persona de la máxima confianza de Rajoy que si hace unos meses lo colocaban como superministro de economía para vender las bondades de esa área del Gobierno, y en junio ya lo habían situado sentado a la diestra del presidente, esta misma semana el diario se ha descolgado asegurando que es uno de los más firmes aspirantes a ser vicepresidente en un próximo Gobierno del PP. Todo un atrevimiento a la vista de aspectos tan decisivos como la necesidad de que primero haya unas elecciones, luego gobierne el PP y luego, en el caso de necesitar un socio, quede vacante para el partido la Vicepresidencia. Lo cual parece demasiado aventurar en estos momentos. Pero si te aleccionan, oye, tú cumples y ya está, ¿no?

Marcial Morales, primera fisura

Es muy probable que la savia nueva que llega a la política procedente de la calle, encasille a Marcial Morales, presidente del Cabildo de Fuerteventura, bajo la etiqueta de casta. Lleva muchos años en la vida pública, es verdad, pero con una trayectoria intachable en el Gobierno de Canarias y en el Ayuntamiento de Puerto del Rosario. Jamás se le ha asociado a escándalo alguno y mantiene intacta la imagen genuina de las bases de Asamblea Majorera, con sus actualizaciones pertinentes y la colección de cayos pisados que todo político con años sobre las espaldas atesora. Tras ser el máximo exponente de la candidatura de Fernando Clavijo en la isla de Fuerteventura, ahora ocupa la presidencia del Cabildo de esa isla tras ver marchar rumbo al Parlamento de Canarias a quien durante años taponaba esa posibilidad, Mario Cabrera, con el que se enfrentó por ser este el representante de la candidatura de Paulino Rivero. Morales es leal a Clavijo a carta cabal, pero no está dispuesto comerse las imposiciones que le llegan al presidente del Gobierno por la vía más extremista del insularismo tinerfeño. En la crisis de las carreteras, provocada por el compañerito Carlos Alonso, Marcial Morales ha cerrado filas con la consejera de Obas Públicas, la socialista Ornella Chacón, y ha afeado públicamente con palabros educados pero contundentes, la deriva egoísta del presidente del Cabildo de Tenerife. Alonso se ha quedado solo con el único apoyo –que no es poco- de Fernando Clavijo. Los demás presidentes insulares, incluidos los de su propio partido, lo han desautorizado. A ver lo que tarda el presidente regional en hacerlo.

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