La carrera olímpica de Aragón y Catalunya por los Juegos de invierno 2030: dispuestos a entenderse para lograr la medalla de oro

Miguel Barluenga

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El espíritu olímpico no parece acompañar a la candidatura conjunta de Aragón y Catalunya para los Juegos de invierno de 2030. Los valores de igualdad, justicia, imparcialidad o racionalidad que preconizaba el barón Pierre de Coubertin, padre de la Olimpiada moderna, no se ven del mismo modo en una y otra comunidad después de que hace unos días el gobierno central se refiriese a la denominación Pirineus-Barcelona 2030. Un guiño que no sentó bien en el Gobierno de Aragón cuando se trata de un proyecto común con la cordillera como base y la utilización de infraestructuras de una y otra. El ejecutivo confía en que la cuestión no vaya más allá del uso puntual de esta nomenclatura porque entiende, como señalan fuentes cercanas al proyecto, que “se necesitan los unos a los otros para alcanzar un éxito y sentar unas idea comunes”.

La ministra de Hacienda y portavoz del gobierno, María José Montero, abrió la espita y en Aragón se replicó con la idea de que se podría llegar a renunciar a formar parte de la candidatura de no estarse en “igualdad de condiciones” con Catalunya. La idea de aspirar a organizar los Juegos Olímpicos de 2030 empezó a cobrar una forma tangible el pasado año. Una primera reacción matizada después por el propio presidente aragonés, Javier Lambán. Este señaló que Aragón no “participará a cualquier precio” en esta candidatura, una “oportunidad de promoción de la marca de la comunidad, de los Pirineos y para el sector de la nieve y así lo hemos manifestado siempre”.

El proyecto “sigue su curso” y Aragón pide una igualdad de condiciones que concierne al gobierno central, con “dos comunidades que participan. Aragón no va a aceptar otro papel que no sea exactamente el mismo que el de Catalunya”, resaltó un Lambán sorprendido de que “el propio gobierno de España y la ministra Montero asumieran la denominación de Pirineus-Barcelona. Eso ya de entrada parece bastante excluyente respecto a Aragón y respecto a esa reivindicación nuestra de participar en condiciones de igualdad”. El presidente aragonés se muestra seguro de que “el sentido común y la razón se impondrán y el gobierno de España, junto con Catalunya y Aragón, participará en este proyecto”.

Cuando el proyecto daba sus primeros pasos ‘públicos’, hace un año y medio, Lambán ya se refirió en un sentido similar al calado de esta opción para Aragón y Cataluña al margen del capítulo económico y la promoción de los territorios; acarrearía según el presidente un “efecto político positivo” que podría contribuir a que el “contencioso” que tiene Catalunya con el Estado español “se aminorara. Una de las esperanzas que desde ámbito nacional se tiene con el proyecto es que supusiera un reencaje de Catalunya en España, y yo lo apoyo absolutamente”, dijo entonces Lambán.

Pedro Sánchez dio el pasado martes su apoyo para que la candidatura sea la organizadora de los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2030 en el marco de su encuentro con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Palacio de la Moncloa. El anterior jefe del Govern, Quim Torra, había enviado el pasado mes de septiembre una carta al presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, en la que expresaba el apoyo de la Generalitat para organizar la cita de 2030 con un respaldo explícito e “imprescindible” tanto del Govern como del Gobierno de Aragón.

El acuerdo de legislatura entre ERC y Junts contempla una consulta popular en las comarcas involucradas previa a la presentación de la candidatura. En el texto detallan que la candidatura se realizará a partir de un amplio consenso territorial, social y político para garantizar su aceptación social y compatibilidad ambiental.

Sobre la mesa está también la presentación de la denominada carta de candidatura, un paso oficial ante el COI que podría darse antes del arranque de los Juegos de Tokio a finales de este mes o ya en septiembre. Desde Catalunya se considera que este proyecto debe incluir un apoyo decidido de Barcelona y Zaragoza también se ha postulado para ser subsede. Se aplaude el “papel estratégico” que también desempeñarían estos territorios en caso de resultar elegidos y se considera “económica, ecológica y socialmente sostenible, así como alineado con los objetivos del Comité Olímpico Internacional”.

El presidente del COE, Alejandro Blanco, indicó en una entrevista reciente con el diario Mundo Deportivo que a la espera de que se formalizase el nuevo Govern, “cuento con el apoyo de todo el mundo y espero que se puedan hacer las cosas bien. Es un proyecto deportivo, social, de diálogo, integrador, de puesta de largo de los Pirineos al mundo. Creo que la candidatura Pirineus Barcelona tiene un significado muy especial. Ojalá nos apoye todo el mundo y podamos ver como este sueño se convierte en realidad”.

La carrera de Aragón por hacerse con uno Juegos Olímpicos de invierno se mantiene desde la década de los 90, primero en solitario a través de la localidad de Jaca y después tratando de alinearse con Zaragoza, Andorra y Barcelona. El amanecer de este proyecto fue derrotado por la ciudad japonesa de Nagano para la edición de 1998; tras un amago posterior se volvió a apostar fuerte por 2010 y, tras derrotar a Sierra Nevada, que terminó cayendo en favor de Vancouver. 2014 y 2022 fueron otras opciones que se barajaron y fueron perdiendo fuelle hasta encontrarse el respaldo cómplice de Catalunya con la vista puesta en 2030 y posibles rivales como Salt Lake City (Estados Unidos) y Sapporo (Japón), ambas con experiencia olímpica como Barcelona.