Álex Muñoz rescata al Tenerife del sopor con dos golazos que apuntillan al Albacete

Aitor Sanz, Folch, Carlos Ruiz y Vada celebran con Álex Muñoz uno de sus goles al Albacete

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El plan del CD Tenerife pudo aburrir hasta provocar la desesperación, pero se perfeccionó a poco del final con dos detallazos de Álex Muñoz resolviendo la victoria frente al Albacete al viejo estilo, con sendos tiros a la escuadra que dieron por buena toda la esterilidad que precedió a tanta brillantez. El equipo de Ramis, espeso en su estilo habitual, se fio a la paciencia para acabar la semana con tres jornadas de margen sobre el descenso y más cerca, de nuevo, de la zona noble.

La resolución por la vía del fútbol más directo no puede esconder las carencias de un equipo construido para cualquier cosa salvo el juego de elaboración, pero una vez admitida la falla, cabe reconocer las virtudes desde la llegada de Ramis: la primera, un orden defensivo mejorado; la segunda, la paciencia —o la perseverancia, la fe, la constancia, todas virtudes para el mismo objetivo— que le hace llegar a los finales con empate capacitado para deshacerlos.

Este domingo lo hizo apelando al valor de su mejor lanzador —un lateral izquierdo que siempre debería ser titular, su defensa de flanco con mejor equilibrio en el balance en los dos campos— con dos tiros lejanos de esos que disparan la adrenalina y levantan al público. Si hubiera público, claro. A falta de ambiente, los goles de Álex Muñoz en el 86 y el 90(+2) mantienen la esperanza del Tenerife en salir de la nadería de la zona media y en que el fútbol se vuelva a parecer algo a su génesis británica.

Pudo pretenderse que la cita frente al colista cumpliera con el tópico ese de la victoria segura. Todo lo contrario, el Albacete firmó una primera tácticamente notable y tres llegadas con peligro, aunque recién arrancaba el partido (m.1), tuvo Nono un balón para abrir boca, y arrumbarse a las frases hechas, que mal resolvió con un tiro pifiado al resbalarse mientras ejecutaba el lance. Al atacante extremeño no se le puede discutir la voluntad y la pluriactividad. Sí que es incuestionable la distancia respecto del Nono que llamó la atención en el Extremadura, aun contando con la ayuda de jugar sin afición que le recuerde cada quince días las carencias.

Bien escalonado, y suyos por eso casi todos los duelos, más cerca siempre de la presión alta que del resguardo en su campo, el Albacete solo pareció colista en eficacia. Dispuso de tres claras y solo en la primera (m.16), Dani anuló el remate de Fuster mano a mano. Luego, Cedric (m.23) la puso fuera, tras aprovecharse de la blandura de Wilson en el choque, y la única que tuvo Ortuño (m.37) se topó con el poste. Y hasta ahí. La segunda parte del grupo de Alejandro Menéndez fue un ejercicio de pura supervivencia en el 0-0, solo explicable porque el empate no  era tan malo para un equipo a solo tres puntos de la zona de salvación.

Ramos tomó nota en la pausa del sonrojo que le produjo el rival en la primera mitad. Decidido a recuperar el medio juego perdido, colocó a Folch —un acierto visto el 2-0 final— y protegió a Moore para el clásico del 28 de marzo—con su tarjeta ya era baja para Málaga— relevándolo por Kakabadze. Cabe suponer que no esperaba más beneficios adicionales de esto último, como fue.

El paso atrás del Albacete y la presencia de Folch, más presto al corte y más duro en el cuerpeo, devolvieron la iniciativa al Tenerife, es verdad que sin otro resultado que la tenencia del balón. Fuera de juego Nono y fuera de sitio Vada, el árbol comenzó a agitarse algo con la entrada de Valera, más cuando se metió por dentro para tratar de que pasara algo productivo para Sol. El ingreso posterior de Shashoua no provocó uno de sus corrientazos, pero sí ayudó al empuje de su equipo, aunque ya antes, de aquella forma, cabeceó Sol forzado y fuera (m.55) y le cayó otro balón a Nono (m.63) más con rumbo a Heliodoro Rodríguez López (calle de) que a puerta.

Otro equipo se habría caído entre el deseo y la frustración. Este ha terminado por añejarse, seguro de que tendrá alguna. O tres, como tuvo hoy. La primera, fruto de la segunda jugada tras un córner de estrategia en el que primero todos arrastraron hacia el palo corto, para permitir una volea limpia que Tomeu Nadal rechazó. La segunda, tras recoger el balón German Valera y dejarla franca para un zurdazo inapelable a la escuadra. La tercera, a la salida de un libre directo, un toquecito de Aitor Sanz para que la rompiera —igual de letal— al mismo sitio que antes. Tres pinchazos —uno de prueba— del doctor Muñoz, vacunando al Tenerife contra la derrota.

(2) CD TENERIFE: Dani Hernández; Moore (Kakabadze, m.46), Bruno Wilson, Carlos Ruiz, Álex Muñoz; Nono (Valera, m.63), Aitor Sanz, Javi Alonso (Folch, m.46), Vada (Sergio González, m.90+3); Zarfino (Shashoua, m.73) y Fran Sol.

(0) ALBACETE BALOMPIÉ: Tomeu Nadal; Arroyo (Diego Vargas, m.88), Kekojevic, Boyomo, Fran García; Carlos Isaac, Dani Torres; Silvestre (Álvaro Peña, m.80), Cedric (Tana, m.66); Fuster (Mvondo, m.80) y Ortuño.

ÁRBITRO: Rafael Sánchez López (Comité murciano). Amonestó a Moore (m.3) y Vada (m.79) y a los visitantes Silvestre (m.31), Cedric (m.38), Arroyo (m.64), Tana (m.83) y Kekojevic (m.87).

GOLES: 1-0, Álex Muñoz (m.86). 2-0, Álex Muñoz (m.90+2).

INCIDENCIAS: Partido de la 29ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio de Heliodoro Rodríguez López.

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