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La vela pierde a Javier Gorostiza Domínguez, uno de sus grandes valedores

Javier Gorostiza junto a la maqueta del HMS Theseus, el barco de Nelson en el ataque a Santa Cruz de 1797.

ACAN

Santa Cruz de Tenerife —

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Javier Gorostiza Domínguez hablaba con pasión de la vela y de su Real Club Náutico. Se ha ido este sábado 12 de octubre y deja tras de sí un legado de incalculable valor para los que le conocieron. Se va una persona que destacaba por su generosidad e interés por aprender y enseñar.

En una extensa entrevista publicada en el anuario 2014 del Real Club Náutico, Gorostiza detalló con rigor científico todo su conocimiento sobre la historia de la entidad, tras haberla estudiado durante muchos años.

Sobre sus inicios en la vela contaba que “mi padre, siendo muy chico, me llevaba a la náutica vieja. Incluso llegué a navegar en el ”Halcón“. Tengo el vago recuerdo de algún paseo en ese barco. En los 70 mi padre nos compró a mi hermano y a mi un Optimist, en el que corríamos juntos. Mi hermano empezó a mejorar y yo no tanto. Los buenos entonces eran Lucio Pérez, Juan Cabeza, Manuel Aranaz, Miguel Ángel Montesdeoca y Alejandro Gorostiza. Yo era muy malo y me gustó más ser jurado, meterme en la organización. Empecé muy pronto como comité. Salía con un marinero del club en la primitiva ”Novelera“ y poníamos unas boyas metálicas. Todo lo teníamos que hacer con un solo barco de apoyo. También hice de proel con Iñaki Domínguez, Jose María Cabezas e incluso con Ángel Guimerá”.

En otro momento, recuerda que “en el Campeonato de España de 1977 fui encargado de seguridad junto a Carlos Zurita. Tengo una placa que me dio la flota de Vaurien por haber hecho de jurado en la temporada 1976-1977. En 1978 se hizo aquí el primer curso de jurado. Mi padre era entonces el presidente regional del colegio de jueces y jurados. Y ahí saqué el título”.

En esa entrevista recuerda anécdotas personales, como la visita a la Isla de Eric Tabarly, un mito de la vela oceánica. “Me dedicó su libro ”Victoria en solitario“, que guardo como oro en paño”, contaba en esa entrevista.

Javier Gorostiza se implicó mucho en la organización de pruebas desde muy joven y a comienzos de los años 90 fue director de la Regata de los Puertos de la Comunidad Autónoma.

Pero si había una prueba de la que hablaba con pasión era de la Infanta Cristina: “Su historia arranca en 1992 cuando con la nueva dársena deportiva, siendo presidente Enrique Agulló, se planteó hacer una regata para inaugurarla. Se buscó incluso la presencia de algún miembro de la Casa Real. Se pidió oficialmente y también indirectamente se hicieron gestiones a través de gente del club que había regateado con miembros de la misma, como Iñaki Domínguez y Carlos Santacreu. Así se consiguió que en noviembre de 1993 viniese la Infanta Cristina a este trofeo de estreno de la marina. Y ahí se aprovecha para pedirle permiso para organizar al año siguiente un trofeo con su nombre”.

En noviembre de 1994 se celebró la primera edición de la Regata Infanta Cristina. El Náutico logró el patrocinio de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias y de la Naviera Pinillos para el trasladado de los barcos desde la Península.

Eso ocurrió durante la época dorada del crucero en España y por Tenerife pasaron los Pedro Campos, Iñaki Castañer, Lorenzo Galmes, Jan Santana, y, por supuesto, SAR la Infanta Cristina y el Príncipe Don Felipe, actual Rey, además de los hermanos Doreste, José Luis Suevos… Y esa cita anual en las costas de Anaga fue testigo también de grandes actuaciones de los patrones locales, como Lucio Pérez, Iñaki Domínguez o Augusto Escolar.

Javier Gorostiza desempeñó en el Náutico los cargos de comodoro, vicecomodoro y capitán náutico, además de miembro de la junta directiva de la sección de náutica desde muy joven. Fue unas 20 veces director de la mencionada Infanta Cristina, cita más tarde rebautizada como Infantas de España.  

“Puedo decir que desde hace años por prescripción facultativa llegó al Náutico a las 5.45 de la mañana. Abro el club como quien dice. Soy el primero en entrar. Camino, nado y a las 7.45 estoy saliendo por la puerta. Nunca le puedo decir al club que no. Víctor Juan Rodríguez tiene una frase que hago mía: ”Siempre seré deudor del club“. El club me ha dado más de lo que yo le he dado”, decía con cariño de la que fue su casa. 

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