Nino, el ‘tranque’ que fichó el CD Tenerife hace 13 veranos…
Este pasado 16 de agosto se cumplieron 13 años de la presentación de Nino como jugador del CD Tenerife. El mismo delantero que la noche de este domingo, otro 16 de agosto, clasificaba al Elche para la final por el ascenso a Primera. Un cuarentón que juega al fútbol con el entusiasmo de un chaval, un profesional como la copa de un pino, el hombre que nunca se lesiona.
Pues ese mismo jugador hace 13 años --pasó tal día como ayer—llegó a la isla y lo hizo discretamente, pero levantando dudas. Así lo cuentan Juan Galarza y Luis Padilla en su libro “El CD Tenerife en 366 historias”.
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— Elche Club de Fútbol 🌴 (@elchecf) August 17, 2020
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Empiezan diciendo que “el 16 de agosto de 2007, el Tenerife presentaba a su séptimo fichaje para la temporada 07-08. ”El interés y la confianza que han mostrado tanto el entrenador como el secretario técnico ha sido fundamental para que haya venido“, dijo el futbolista con un tono seco y cortante. Nada de frases para quedar bien del tipo ”es el sueño de toda mi vida“ y ni siquiera un ”tengo una ilusión enorme“. Y por su puesto, nada de besos al escudo. Y aunque era delantero, tampoco hizo promesas. ”No me gusta marcarme cifras, sino que me gusta ir día a día. Con el trabajo, seguro que llegarán los goles“, se limitó a decir. Los antecedentes de ese fichaje tampoco eran para tirar cohetes: procedía del Levante, donde la temporada anterior, en Primera División, eso sí, sólo había marcado un gol en 19 partidos ligueros, una cifra paupérrima para un delantero puro. Y sólo fue nueve veces titular, pese a que peleaba el puesto con Riga, Salva Ballesta o Reggi, que no eran figuras mundiales. Sus mejores números, siempre en Segunda División, los había conseguido en el Elche, aunque aquí era el club el que generaba desconfianza, pues ya había 'engañado' al Tenerife el año anterior con Luis Gil y Frankowski.
Así que, aquel jueves, todo apuntaba a que el futbolista que el Tenerife presentaba en rueda de prensa iba a ser otro tranque. Además, con 27 años cumplidos, tampoco era una inversión de futuro. Y a esa edad, la capacidad de mejora es escasa. Y como el periodismo y el aficionado tinerfeño es experto en la crítica preventiva, ya llovían 'palos' sobre aquel delantero. ¿El nombre? Juan Francisco Martínez Modesto (Almería, 1980), al que apodaban Nino. Lo único bueno es que venía cedido y el Tenerife no había tenido que pagar un duro por él. Por suerte, el secretario técnico, Alfonso Serrano, había acertado con los otros seis fichajes. Todos estaban dejando una buena impresión en la pretemporada y el mejor, sin duda, era Antonio Longás, un mediapunta con aspecto de 'crack'. Pero tampoco desentonaban Juan Pablo, Juanma, N’Diaye, Santos y Arruabarrena. A saber, un portero grandote y seguro, un defensa de jerarquía, un centrocampista que se comía el campo, un enganche que se adaptaba a la banda y un ariete-tanque idóneo para el juego aéreo. Con ellos y con un nuevo técnico, José Luis Oltra, el equipo se mantuvo invicto toda la pretemporada.
Eso sí, el tal Nino no marcó ni un gol en los amistosos. Y tampoco ofreció mucho peligro. Por suerte, la final del Trofeo Teide había servido para descubrir a dos 'perlas': Omar Ramos y Rubén Rosquete, que esa noche hicieron los dos tantos del Tenerife. Entonces llegó la Liga y el periodismo ya apuntó la posibilidad de relevar a Nino del 'once'. Y en el debut liguero ante el Sevilla Atlético, el delantero respondió a las críticas con un cabezazo superlativo tras un centro imposible. Fue gol y calmó el ambiente. Al domingo siguiente le hizo otro al Cádiz. Y luego marcó otro. Y otro. Y otro. Y acabó el curso con 19, fundamentales para que el equipo no descendiera. La temporada siguiente hizo 29 y el Tenerife ascendió a Primera División. De aquellos tantos, que le dieron el trofeo 'pichichi', la memoria colectiva guardará algunos eternamente: el 2-0 con el que se cerró el derbi ante Las Palmas, el que le marcó al Xerez y que provocó que temblara el Heliodoro... Y en la élite logró 14, con un 'hat trick' al Getafe incluido, que permitieron a los aficionados soñar con la salvación hasta el último partido. Y dejó la Isla con 80 tantos en cuatro temporadas y la consideración de ídolo.
Pero aquel jueves, el fichaje tenía toda la pinta de ser un tranque“.
Y así finaliza uno de los dos capítulos del mencionado libro. El otro dedicado a Nino se centrar en su renovación, gestada hace diez años. Dice así:
“Nino se va”, “Nino desea irse”, “Nino no quiere seguir en el Tenerife”, “Nino se niega a jugar en Segunda División”... El verano de 2010 fue pródigo en rumores. O en inventos, directamente. El delantero almeriense no había abierto la boca y se limitaba a disfrutar del verano con su familia, que había crecido semanas antes con un nuevo retoño. Pero tras el descenso del Tenerife a Segunda División, la veda estaba abierta y todo valía para hacer daño al Tenerife o a su director deportivo, Santiago Llorente. Y mientras, el presidente Miguel Concepción también callaba “ante una exigencia social” como algunos medios calificaban la continuidad de Nino. Y eso hacía crecer el 'run-run' de la marcha de un futbolista que el curso precedente, en la máxima categoría, había marcado 14 goles.
El 3 de agosto de 2010, la entidad convocó una rueda de prensa en el Heliodoro. “Podemos anunciar la renovación de Nino con el CD Tenerife hasta el 30 de junio de 2014. Es lo que queríamos todos y se ha podido rubricar. Sabemos lo importante que son los jugadores carismáticos como Nino, que lo dan todo en el campo a base de coraje y entrega. Es un jugador ejemplar al que esperemos que respeten las lesiones y que pueda colgar las botas aquí”, señaló el presidente. Cubierta la supuesta 'demanda social', quedaron las críticas económicas. Aunque Concepción ya avanzó ese día que la renovación de Nino no era tan costosa. “Confiamos en que este anuncio sirva para que nuestra afición continúe ilusionándose con la consecución del objetivo que lleve al club a Primera División”, apuntó.
Y aunque nunca podrá saberse cuántos de los 14.000 abonados del Tenerife 10-11 vincularon la compra del abono a la renovación de Nino y/o a la confección de una plantilla que en agosto parecía enormemente competitiva, la historia sí nos dice que, tras asegurarse la continuidad del jugador, la entidad estableció su récord histórico de abonados en Segunda División. Las palabras del delantero también ayudaron: “Estoy muy contento. La renovación quiere decir que estamos contentos, buscando lo mismo, ilusionados y viendo que remamos en el mismo sentido para conseguir el objetivo del ascenso. Soy muy feliz por quedarme muchos años más en la Isla”. Y mostró su ilusión por “seguir trabajando, dándolo todo por el Tenerife”, con el que acabaría contrato con 34 años.
Una vez que el club cumplió una 'demanda social' que según algunos medios reclamaban “todos los aficionados”, la realidad fue la que todos conocemos: el Tenerife 10-11, fabricado para ascender, descendió a Segunda División B. Y aunque Nino marcó 17 tantos en Liga, no pudo evitar que su equipo firmara una de las peores temporadas de su historia. Llegado el verano de 2011, se desvinculó de una entidad que iba a militar en el fútbol semiprofesional para jugar con Osasuna en Primera División. Y arreciaron las críticas por renovar a un futbolista que ya tenía 30 años y blá, blá, blá... Ya se sabe que el éxito tiene muchos padres y el fracaso es huérfano“, finaliza el capítulo.
Ahora podemos añadir que curiosamente, casi ocho años después de aquella renovación a un futbolista 'acabado', Nino, lideró el ascenso del Elche a Segunda División. Y ahora, dos campañas más tarde, tiene a este mismo equipo a las puertas de Primera, gracias a un tanto suyo ante el Real Zaragoza en La Romareda.
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