La peor versión de la UD

La Unión Deportiva Las Palmas acumulaba casi dos meses sin perder. Su último fracaso estaba fechado el 29 de octubre en La Condomina ante el Real Murcia (3-1). Después de ese tropiezo sólo supo sumar. Dio igual ante qué rival y dónde. El equipo de Juanito, durante esta racha, se las apañó para acumular puntos. Pero este jueves, ante el Sporting de Gijón y justo antes de despedir el año, la Unión Deportiva mostró su peor versión y encajó una derrota diáfana.

Naufragó el conjunto amarillo en El Molinón por no ser capaz de contrarrestar los planes del rival y, sobre todo, por sus propios temores. Lejos de Gran Canaria, la UD Las Palmas se muestra como un equipo blando y timorato. Presa fácil para cualquier adversario con buena planta, como este Sporting joven y atrevido.

Nueve partidos ha jugado el equipo de Juanito esta temporada fuera de casa y no ha ganado ni uno. Tres empates es su mísero botín como forastero. Con esos guarismos, nada es casualidad. Ni siquiera una racha tan pobre de visitante ni la derrota a la ribera del Piles.

Encogida desde el primer minuto del duelo, la UD Las Palmas se movió siempre al son que marcó el Sporting. El equipo de Preciado manejó a su antojo el partido. Tocó en corto cuando más le convenía. Se lanzó al contragolpe siempre que tuvo ocasión. Buscó el juego directo ante cualquier descomposición amarilla y fue capaz de desactivar a Trashorras y David González, los encargados de dar sentido al juego de la UD.

Andreu y Javi Fuego, doble pivote rojiblanco, movieron las manijas del reloj. Lograron borrar toda intención de arrebato amarillo y movieron a sus compañeros. Encontraron con asiduidad a Diego Castro por la banda izquierda, que por velocidad, calidad y descaro puso siempre en jaque a Ione, un central desubicado, perdido y superado en el lateral derecho, donde, para colmo, no encontró ninguna cobertura en su auxilio.

Desconexión entre líneas

Agobiado por la presión y sin conexión entre líneas -había un mundo entre la zaga y Márquez-, el equipo amarillo se limitó a aguantar. Reculó metros en busca de Pindado, se atrincheró en su rincón, encajó golpes, se fajó con ahínco, achicó los problemas como pudo y se alió con el tiempo para escapar con un punto de Gijón. No fue suficiente.

No fue suficiente. El Sporting no desesperó y aguantó. El cuadro rojiblanco tiene buena pinta. Vertical, ofensivo, descarado, alegre, a veces descontrolado, con cimas y simas en su juego casi descomunales, pero desequilibrante cerca del área rival. Con mucha traca para superar cualquier barrera.

Tras una primera mitad de choque, brega y músculo, tras el descanso el Sporting apaciguó sus ánimos, serenó su juego y encontró el camino hacia el gol. Así, tras varios golpazos y dos hachazos de dos de los mejores jugadores locales, la UD cayó al prado noqueada. En el minuto 70, Barral aprovechó un error de Ione para batir a Pindado. Diez minutos después, Diego Castro sentenció el encuentro tras tirar mal el fuera de juego la zaga amarilla -la ausencia de Aythami se notó en exceso-.

Mucho Sporting para tan poca UD Las Palmas. Para 2007, el equipo amarillo necesita mejorar en sus desplazamientos, una asignatura clave para superar el curso sin agobios.

Ficha técnica

Sporting de Gijón (2)

UD Las Palmas (0)

Sporting de Gijón: Roberto; Sastre, Samuel, Jorge, Canella; Pedro (Gerardo, min. 65), Andreu, Javi Fuego, Diego Castro (Juanmi, min. 87); Omar y Barral (De Lucas, min. 82).

Entrenador: Manuel Preciado.

UD Las Palmas: Pindado; Ione, Víctor, Aythami, Castillo; Nacho Garro, Trashorras; Nauzet Alemán (Arriaga, min. 55), David González (Fredi, min. 69), Txiki (Cobas, min. 85); y Marcos Márquez.

Entrenador: Juanito.

Árbitro: González González (comité castellano-leonés). Amonestó con cartulina amarilla, por el equipo local, a Pedro (min. 14); y, por el conjunto visitante, a Castillo (min. 10), Nacho Garro (min. 20), Nauzet Alemán (min. 44) y Pindado (min. 84).

Goles: 1-0, min. 70: Barral. 2-0, min. 80: Diego Castro.

Incidencias: Partido correspondiente a la decimoctava jornada de liga en Segunda división, que se disputó en El Molinón, ante la presencia de 12.275 espectadores.