El campo canario pide agua por señas

'Tractorada' por las protestas del campo en Canarias circulando por Las Palmas de Gran Canaria.

Gara Santana

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No es usual ver tractores circulando por el centro de la ciudad, a pesar de que los problemas que sufre el campo son los problemas de alimentación y encarecimiento de la cesta de la compra que sufre toda la sociedad. Tampoco se suelen escuchar cencerros como los que lleva en su mano la agricultora y ganadera Sonia Mayor, que nos cuenta que es la última quesera que queda en la Villa de Santa Brígida y que ya no le queda otra que luchar. “Llevamos muchos años vendiendo a pérdidas y ahora se agrava nuestra situación con la sequía”, explica. “Nos tienen que pagar un precio justo para nosotros y para que el consumidor”.

Mientras Sonia explicaba su protesta a este periódico, en la sede del Gobierno de Canarias en Las Palmas de Gran Canaria mantenían una reunión miembros del Ejecutivo y representantes del sector agroganadero de la que han salido compromisos como la convocatoria de una Mesa de la Sequía en un plazo de 15 días y una ayuda de 13 millones de euros que se sumaría a los 21 millones del POSEI.

El presidente de la Confederación de Organizaciones Agrarias y Ganaderas de Canarias (COAG), Rafael Hernández, ha anunciado estos compromisos tras la reunión mantenida con Fernando Clavijo, y el consejero del área, Narvay Quintero. El encuentro se ha producido con más de 2.000 ganaderos y agricultores en las calles, que han hecho circular por la ciudad 81 tractores para hacer oír sus reivindicaciones.

La venta a pérdidas, las importaciones ilegales, la preferencia por terceros países, la burocracia, el incumplimiento de la ley de cadena alimentaria y la escasez de aguas de lluvia para regar la tierra, están convirtiendo casi en un gesto heroico ganarse la vida en el sector. “Lo estamos pasando muy mal”, explica el ganadero José Manuel Trujillo. “Tendré que abandonar la ganadería, de esto no se puede vivir, ni competir con los precios de afuera, y advierte que ”llegará el momento en que vamos a pasar hambre, nosotros en el campo no porque tenemos queso, carne y leche, pero la gente de la ciudad que tienen un sueldo van a pasar hambre“.

También la lluvia

A las demandas históricas del campo en Canarias se añade un problema que lo complica todo y con difícil solución: no llueve. Para Manolo Redondo, secretario técnico de COAG Canarias, la convocatoria de una Mesa de Sequía en la que participen las diferentes administraciones debe apostar por los procesos industriales de obtención de agua como la desalación y regeneración. “Si conseguimos meter más agua no va a ser solo bueno para los agricultores y los ganaderos sino para el conjunto de la sociedad”, afirma.

“Los embalses están vacíos y la gente no puede regar los cultivos”, nos cuenta el agricultor Juan Hernández Suárez. “Hay gente solicitando 60 horas de agua y les dan 15. Eso es insostenible”. Hernández denuncia que en muchas zonas el precio del agua está “disparado”. La joven ganadera Ana García relata con impotencia como no puede alimentar a sus animales porque a los altos precios del grano se suma la terrible sequía.

La venta a pérdidas

Ricardo es agricultor y ve con indignación como el plátano canario no está pudiendo competir con el banano americano porque no cumple con las normas fisiosanitarias. “Utilizan productos que están prohibidos, para mantener el plátano más vistoso al consumidor final y nosotros estamos teniendo que cumplir con una cantidad de requisitos bestiales”, explica. “En el almacén cuesta 0,25 y 1,90 en el lineal del supermercado, ¿cómo puede ser si no hay transporte ni intermediarios?, se pregunta. ”Al final el que se echa a la espalda todo es el agricultor y sufre las plagas, las condiciones climáticas“.

Representantes del sector como Ricardo Díaz, presidente de la cooperativa agrícola del norte de Gran Canaria, apunta a que además de precios dignos para los productores debe existir una competencia digna. “Una competencia digna porque está bien que a nosotros se nos exijan todas las calidades fitosanitarias y medioambientales y estamos perfectamente de acuerdo con eso sí también se hace cumplir a quienes compiten con nosotros”.

Burocracia y Agenda 2030

Una de las trabas que encuentran los agricultores y ganaderos después de trabajar todo el día 12 o 14 horas agachados delante de la tierra, suele ser tener que dedicar energías a una espesa burocracia. Demandan agilizar la tramitación de ayudas a través de la digitalización de la Administración y la eficiencia de los equipos humanos para acelerar el abono económico, así como la tramitación de proyectos e inversiones. “Tenemos que llegar a casa y registrar qué hemos hecho dentro de nuestra explotación”, cuenta Juan Hernández. “A parte, no es que seamos tontos en el campo, pero a los conocimientos informáticos no les hemos dedicado mucho tiempo. Hasta ahora lo estábamos haciendo manualmente y de una forma básica y nos lo quieren cambiar”.

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