Aday en Fitur 09

Una esplendorosa fotografía de la playa de las Canteras salía publicada precisamente esta semana en una revista de gran tirada nacional a propósito de una crónica turística sobre Fitur 09 y con este bello escenario como reclamo parece fácil promocionar Las Palmas de Gran Canaria como destino. La limpieza y amplitud de las playas norteñas (Laredo, la Concha) pero con el clima de Málaga o Cádiz. Ese doble activo playero de una capital de provincia se ve poco en la península y de ahí este atractivo en el siempre complicado turismo de ciudad.

Pero Aday describió además a una sociedad que ha cambiado sus modos y maneras desde hace algo más de un año, algo que sólo los viajeros pueden apreciar: han regresado los aires de tolerancia, libertad y cultura que habían sido puestos en cuarentena por sus predecesores. Esto que parece un intangible, que sólo se aprecia cuando falta, que destila cierta alegría cívica difícil de medir sólo con parámetros de racionalidad o con el fanático empirismo del mercado, es sin embargo el gran cambio que ofrece ahora LPGC, a decir de Aday. Una ciudad donde un poeta que hará historia como Leopoldo María Panero pasea por la calle Triana sin que nadie le moleste, que está a la vanguardia de las artes escénicas y visuales y en la cresta del mundo en las clásicas, que ha hecho de la hospitalidad carácter, es una ciudad que puede mostrarse al mundo con orgullo y sin petulancias. Aday “vendió” las excelencias turísticas capitalinas pero también una nueva forma de hacer política turística en contraste con el pasado más cercano de restricciones, miedos, exclusiones, opacidades... Su compromiso era el cambio y éste ha llegado, por lo que ahora alerta sobre la posibilidad de que los árboles del Parque de San Telmo no nos dejen ver el bosque de Bandama... Desde allí se puede observar, allá a lo lejos, una gran ciudad que, con todas las virtudes e inconvenientes de las grandes urbes modernas, respira, se mueve, está viva, trabaja...

Federico Utrera