Prefiero hablar de matos desmochados. Caso del ex macho Soria. Según las bífidas lenguas, ordenó dejar las arcas cabildicias como patenas para que su sucesor no tenga con qué llegar a fin de mes. Ya le entregó en su día limpitas las municipales a Luzardo y ahora pretende hacerle lo mismo a José Miguel Pérez con intenciones peores.No sé si es legal la intentona, que podría perpetrarse mañana mismo. Pero lo sea o no, resulta poco presentable. No porque se trate de Soria, impresentéibol donde los haya, sino debido a que víctimas de su despecho no serán los rivales políticos, a los que bastaría para justificarse decir que se pulió hasta el último d(e)uro, sino directamente los administrados que puedan ver disminuídas las prestaciones. Me comentan que se le ha pasado por la cabeza incluso dimitir y dejar la presidencia a su segundo para prolongar unas semanas más el martirio del ciudadanaje; que se lo merece por no haberle votado como él esperaba sino como realmente merece. Aunque para mi gusto fueron las urnas demasiado generosas. Y mientras andábamos la mar de entretenidos con si podía o no el ex macho hacer legalmente su trastada de despedida, hete aquí que se descuelga Román Rodríguez con que desde el entorno soriásico le hicieron proposiciones. Qué cosas. Le ofrecieron, oye, la presidencia cabildicia en el postrer y muy patriótico intento de condenar al demonio Pérez a las tinieblas exteriores entre el llanto y chirriar de dientes que podrán ustedes suponer. Lo que sea para impedir que un jodido psocialista pueda marcar la diferencia entre gestión y soriasis.Utilizaron con Román la lujuria del poder cual frailes lascivos de los que pueblan las actas de la Inquisición de eso, de proposiciones en confesionarios y sacristías a feligresas y feligresitos, que de todo hay en la viña del señor y nunca mejor dicho.La propuesta a Román indica hasta qué punto se concibe la política con mentalidad mercantil de do ut des. Los votos sólo son en semejante concepción activos que determinan el valor de las cartas con que juega cada cual la partida. Estupendo.