Espacio de opinión de Canarias Ahora
Algunas ''buenas'' películas del género fantástico (I)
Por tanto no es de extrañar que, dentro del género fantástico cinematográfico, podamos encontrar una larga lista de “buenas” películas que, por diferentes razones, pasaron desapercibidas en el momento de su estreno o no llegaron a estrenarse en las salas comerciales.
De la lista antes mencionada he escogido nueve títulos que, según mi opinión, merecen o una segunda oportunidad, o dos horas del tiempo de cualquier buen aficionado al género fantástico. Y que conste que el orden en el que están puestas no quiere indicar nada más allá, por si acaso.
EL CABALLERO DEL DRAGÓN
España 1985
Dirección: Fernando Colomo
Guión: Fernando Colomo, Andreu Martín y Miguel Ángel Nieto
Dicen que nadie es profeta en su tierra y dicen bien. Lo que no dicen es que, en algunos casos, hay que sumar el hecho de que buena parte del público y la crítica suelen estar aquejados de dolencias crónicas como la ceguera. De otra forma no se explica como una idea tan original y bien resuelta ?a pesar de las limitaciones propias de la época, en temas como los efectos especiales- como El caballero del Dragón acabó fracasando en las taquillas nacionales.
Para empezar, la premisa de salida traslada la llegada de seres de otros planetas, tan de moda en los ochenta, hasta el Medievo. Con ello, el choque entre la ignorancia y la superchería de la época enfrentadas con el ser llegado del espacio es aún mayor que pudiera ser en la actualidad.
La historia huye, además, de muchos de los tópicos de la época, sobre todo en la forma en la que plantea a la protagonista femenina, Alba, y en cómo trata el señor feudal del lugar ?$interpretado por José Vivo- a su fiel alquimista Boecius, muy bien defendido por Klaus Kinski.
Claro está que no podía faltar la omnipresente voz de la iglesia, representada por Fray Lupo -un exagerado Fernando Rey, tan en forma como solía ser habitual en él- ni el estamento militar, representado por Klever, interpretado por un todavía desconocido Harvey Keitel. Ambos terminan siendo los bufones de la trama, a pesar de sus intentos por tomar el control de la situación.
Por último, y no por ello menos importante, está la actuación de Miguel Bosé en el papel de IX, el extraterrestre que sólo puede comunicarse con sus gestos y de manera telepática con los humanos. Su mirada inocente y sus gestos de desesperación ante los ruegos de Alba logran que su personaje no desentone entre el resto de los actores.
La puesta en escena, rodada en escenarios naturales y unos decorados muy bien construidos, en especial los de la orgánica nave espacial de IX ?a la cual todos confunden con un dragón- demuestran el buen hacer de los técnicos españoles y logran que, junto con los ya mencionados efectos especiales, la película se disfrute tan bien como otros ejemplos llegados desde el exterior, muchos de los cuales, eran de menor calidad. No es de extrañar, por lo tanto, que sea más fácil encontrar copias anglosajonas de la película que la versión española.
CAPTAIN SKY AND THE WORLD OF TOMORROW
USA 2004
Dirección y guión: Kerry Conran
Dejando a un lado los problemas de proyección acaecidos en su presentación española durante el festival de cine de Sitges del año2004, lo primero que se puede decir de la película, imaginada, escrita y dirigida por Kerry Conran es qué bien me lo he pasado viéndola.
No pienso negar lo evidente; es decir, que la película es un enorme homenaje al género fantástico, en especial a los seriales de los años treinta y cuarenta, y a buena parte de las películas de género de dichos años, sin olvidarme de sus fuentes literarias y gráficas.
De repente, los robots a los que se enfrentó Superman en uno de los memorables cortos de Max Fleischer invaden la ciudad de Nueva York, siguiendo las líneas escritas por Orson Wells para su no menos memorable transmisión radiofónica de La Guerra de los mundos.
Lo que ocurre es que a la llamada de auxilio no acude el último hijo de Kripton, sino un veterano piloto de Los tigres Voladores, los cuales lucharon contra el avance japonés en China.
El capitán Sky no es el único con una clara vinculación militar. El villano de la trama, el Dr. Totenkopf ?con el rostro y la imagen del gran sir Lawrence Olivier- bebe directamente de las despiadadas divisiones Panzers SS de la Alemania nazi, al igual que el dirigible con el que comienza la película.
No obstante, hay tiempo para mucho más, desde un fugaz plano de King-Kong en plena ascensión por el Empire State, hasta entrar a una oficina con el número 1138, el mismo que daba nombre a la primera película de George Lucas, THX1138. Hay un brillante científico de parte de los buenos, Dex; una malosa que esconde un secreto, al igual que el personaje de María en Metrópolis, de Fritz Lang; y la versión femenina ? y británica- del personaje gráfico de Marvel Comics, el coronel Nick Furia, interpretado por Angelina Jolie.
La guinda a tan atractiva propuesta la pone la pareja protagonista, Polly Perkins? ¿o era Lois Lane?, interpretado por Gwyneth Paltrow y Joe, el héroe aéreo y con buen corazón, a quien presta su rostro y buen hacer el británico Jude Law. Cuando están juntos, la química es más que notoria y uno disfruta mucho con sus peleas dialécticas, algunas de las cuales son surrealistas, pero muy divertidas. ¿Qué más se le puede pedir a una película como ésta?
ENEMY MINE
USA 1985
Dirección Wolfgang Petersen
Guión: Barry Longyear y Edward Khmara
No desvelaré nada nuevo si digo que las guerras las declaran los políticos y las libran, luego, los soldados. Esta verdad irrefutable de nuestra sociedad civilizada es el punto de partida para una película que ofrece un punto de vista sustancialmente distinto en las relaciones entre humanos y alienígenas.
Tras años de expansión incontrolada por el espacio, los seres humanos se han encontrado con un duro competidor. Se trata de los Drac, una raza de reptiles con características antropomórficas y con un nivel de tecnología que está colocando en un brete a las tropas terrestres.
En una de las muchas escaramuzas libradas por ambos bandos, dos pilotos acaban dando con sus huesos en un inhóspito y alejado planeta. Tal y como era de esperar, el humano, un piloto de combate llamado Willis Davidge (Dennis Quaid) hará todo lo que esté en su mano para acabar con la vida de su oponente Drac (Louis Gossett Jr).
Con lo que no contaba Davidge es con la inteligencia y capacidad de su antagonista.
Una vez que el enfrentamiento queda en tablas, sólo les queda entenderse. Están condenados a ello desde que caen en el planeta -aunque ellos no lo sepan- si quieren sobrevivir. Una vez juntos, y superados todos los obstáculos, la mayoría impuestos por sus respectivas razas, ambos se darán cuenta de que no son tan distintos y que su motivaciones existenciales nada tienen que ver con la guerra que están obligados a librar.
Como remate final, el Drac le confiesa al humano que está embarazado ?son una raza hermafrodita- lo que obligará a Davidge a asumir el papel de padre de un bebé Drac y a ver la realidad de su propia raza, a través de los ojos del recién llegado.
Enemigo Mío, cuyos exteriores naturales fueron rodados en la isla de Lanzarote, es una de esas películas que mejor refleja la irracionalidad del ser humano y su afán destructivo. Los diálogos entre los dos antagonistas están bien resueltos y mejor interpretados por los dos actores principales - Dennis Quaid y un irreconocible Louis Gossett Jr- los cuales dan lo mejor de si para hacer creíble todo el proceso que lleva desde el odio más irracional a la amistad que pondrá en peligro sus propias vidas.
Además, los efectos especiales corrieron a cargo de la I.L.M., elevando con ello el nivel de la cinta. Si se suma todo esto, no se explica lo desapercibido que pasó en su estreno cinematográfico, más si se tiene en cuenta que parte de la producción se desarrolló en nuestro país. Sea como fuere, la película ha logrado un cierto nivel de reconocimiento, aunque no tanto como debería.
Eduardo Serradilla Sanchis
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