Canarias, fin de ciclo

El debate sobre el estado de la nacionalidad considero que constituye un fin de ciclo político en Canarias. No sólo por el hecho de que algunos dirigentes políticos del último período no vayan a estar en el nuevo Parlamento que surgirá tras las elecciones de mayo. Sino, especialmente por la necesidad de implementar nuevas políticas tras el fracaso de la austeridad y los recortes, que han generado una auténtica fractura social con más desempleo y más pobreza.

Frente a los que quieren profundizar en las políticas neoliberales, desprotegiendo al territorio o negándose a cambios en nuestra injusta fiscalidad, hay otras políticas, otras prioridades, otros caminos.

Una Canarias con mayor equidad precisa de un cambio profundo en el trato a los servicios públicos. La sanidad, la educación y la dependencia necesitan ser dotadas adecuadamente, en recursos y en profesionales, para dar respuesta a las necesidades de la población de las Islas, acabando con el deterioro a que han sido sometidas en los últimos años.

Para ello es imprescindible una orientación distinta con una fiscalidad progresiva: para que paguen más los que más tienen; para que paguen los que hoy no pagan porque eluden sus responsabilidades con Hacienda; y para combatir con dureza el fraude y los paraísos fiscales.

También es preciso lograr una nueva financiación autonómica. Fuimos muy críticos cuando el Gobierno Soria-Rivero y el de Zapatero firmaron la financiación en 2009. Dijimos entonces que perjudicaría gravemente a Canarias. Y lo ha hecho: perdiendo unos 5.000 millones de euros desde entonces en relación a la media de las Comunidades Autónomas (CCAA) de régimen común. Una de las tareas trascendentales del próximo período es modificar esa situación injusta.

Maltrato

MaltratoIgualmente, debemos ser capaces de modificar la intolerable tendencia del maltrato recibido por Canarias en los Presupuestos Generales del Estado. Tanto por la drástica reducción de las partidas destinadas al desarrollo de infraestructuras de interés general, como por el incumplimiento sistemático de las ayuda económicas del Régimen Económico y Fiscal (REF), destinadas a aspectos tan esenciales como el transporte de pasajeros y mercancías, la desalación de agua o las infraestructuras turísticas. Además de exigir una justa distribución de las políticas sectoriales, de manera especial los planes de empleo.

Debemos insistir en un turismo sostenible, que no ocupe más territorio, con limitaciones cuantitativas y cualitativas a nuevos crecimientos, capaz de diferenciar el producto Canarias. Un turismo que apueste por la renovación de la planta y, asimismo, por la de las ciudades turísticas, para lo que defendemos una tasa de un euro por turista y día, como ya han puesto en marcha algunos de los destinos turísticos más consolidados.

Además, no podemos retroceder en la protección del territorio. Insistiremos en un modelo energético basado en las energías renovables, para el que Canarias dispone de las mejores condiciones, y que supone menos dependencia del exterior, más calidad medioambiental y un valor añadido al atractivo de nuestro clima y espacios naturales privilegiados.

Tras un período de retrocesos es preciso impulsar la I + D +i como factor determinante para el futuro de las Islas, para que podamos alcanzar una mayor cualificación y una mayor diversificación de nuestro sistema productivo. Así como defender consecuentemente la industria y el sector primario.

Pero también debe ser el tiempo de la democracia, la transparencia y la participación ciudadana. Tenemos el peor sistema electoral de España y Europa, el más restrictivo, el menos proporcional. El tripartito PP-CC-PSOE ha evitado que pueda modificarse nuestra ley electoral.

Dando también un pésimo ejemplo al politizar el naciente Consejo Rector de Radiotelevisión Canaria RTVC y llevar, al último pleno de la legislatura, la aprobación de su composición, con un inapropiado sistema de cuotas ajeno al espíritu de la ley que, además, refleja un Parlamento agonizante, que será muy distinto al que salga de las urnas el próximo 24 de mayo.

Como señalé en el debate parlamentario, todo puede empeorar. A juzgar por las primeras propuestas de alguno de los candidatos a presidir el Gobierno se puede profundizar aún más en esa vía que tanto desafecto ciudadano ha generado. Negarse a tocar la estructura actual de los impuestos, defender la eliminación de la Comisión de Ordenación del Territorio y del Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) y rechazar la modificación del sistema electoral canario muestran un modelo muy negativo. Y que combatiremos.

Se avecinan tiempos muy difíciles. Si la aritmética parlamentaria les da, parece que está claro que se quiera volver a una fórmula de Ejecutivo conservador y poco exigente con el Gobierno del Estado. Desde Nueva Canarias nos opondremos a ello y trabajaremos por un Ejecutivo canario distinto, con una política bien diferente a la conservadora que pretenden imponer.

Todo ello exige esfuerzo y generosidad entre fuerzas políticas dispuestas a gobernar desde Canarias y para Canarias. Desde el interés general y la defensa de la mayoría social. Volcados en la generación de empleo y en la mejora de las condiciones de vida de los hombres y mujeres de esta tierra. Centrados en la educación, la sanidad y la dependencia. Empeñados en las energías renovables, en la protección del territorio y en la mejora del autogobierno en el marco de la imprescindible reforma constitucional.

Mientras que algunos se empeñan en repetir el pasado, nosotros queremos cambiar Canarias. Trabajando conjuntamente con otras organizaciones políticas, con los movimientos sociales y los hombres y mujeres de esta tierra que quieren superar nuestro profundo retroceso político, económico y social. Para, desde el compromiso colectivo, construir una sociedad más equilibrada, más sostenible, más justa y más democrática. Para cambiar Canarias.