Sin embargo, los resultados en Tenerife ponen en dificultades a ATI en instituciones clave como el propio Ayuntamiento de Santa Cruz o el Cabildo de Tenerife. No es lo mismo gobernar en solitario, obviamente, que tener a miembros de otro partido sentados en la comisión de gobierno. Ya no podrán adjudicar dinero público ni contratar asesores con tanto descaro, con impunidad, sin transparencia. Una cohorte de cientos de enchufados y estómagos agradecidos depende de los gobiernos de ATI y será muy divertido ver a toda esa tropa ganarse la vida en la empresa privada que tanto defienden pero de la que huyen desde 1993…o antes. Esta consecuencia derivada del control de los presupuestos y del Boletín Oficial de Canarias es, sin duda, lo mejor de la jornada electoral, que contiene como efecto directo cambios en el Gobierno autonómico, en gobiernos insulares y en las dos capitales de la Comunidad Autónoma. Otra consecuencia, a medio plazo, es la descomposición de Coalición Canaria. De hecho, en Tenerife ya algunos plantean descaradamente renunciar definitivamente a ese proyecto y enrocarse en ATI, en volver al ultrainsularismo del que en realidad nunca salieron sino para presentar un decorado que ocultaba la triste realidad que, para ellos, acaba de representar ese espectacular apoyo a Mauricio en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. CC es fundamentalmente ATI y siempre ha sido ATI, con todo un poder empresarial manejando la tramoya en su propio interés. Sólo el poder palmero ha supuesto un respeto, además de una garantía de votos por el sistema electoral, aunque a Antonio Castro lo dejaran tirado, una vez más, en el Consejo Político que entronizó a Paulino Rivero como candidato, y porque el clan palmero siempre ha acabado colocado en los resortes del poder político, porque ha garantizado lo que otros no: cuatro diputados.El PP se desploma en Gran Canaria y, gracias al pacto de Soria con Mauricio, en Tenerife es un enano, aunque ha empezado a crecer a costa de ATI, precisamente, allá donde no ha pactado con los nacionalistas, pues siempre que lo han hecho han perdido votos, como en La Laguna. ¿Para que votarles, si ATI hace el mismo trabajo? Con Soria hundido y sin poder y un PP a la baja en Gran Canaria, el PP de Tenerife tendrá que empezar a buscarse las castañas por sus propios medios, porque Rajoy los necesita dentro de ocho meses para el verdadero objetivo que ocupa a los populares: llegar a la Moncloa. Por eso no destituyen a Soria, aunque él se ufane y diga que no piensa dimitir. Un mal resultado en Canarias en las próximas elecciones generales y Soria caerá fulminado y cumplirá el resto de los tres años en la oposición, al margen de sus temas judiciales, viviendo en su mansión, a la que sólo le faltan un par de aerogeneradores para autoabastecerse de energía, como dijo la semana pasada en una radio local el ex presidente del PP de Tenerife, Francisco de la Barreda.El propio Ángel Llanos descubrió en precampaña que el PP ocupa el mismo espacio político-ideológico que ATI, de ahí que la única solución para los populares sea erosionar el poder local de la derecha insularista. Es lo que percibe con claridad Eva Navarro en el Puerto de la Cruz, al margen de cuestiones personales con el líder de CC, Marcos Brito. En el PSOE de Tenerife los cambios internos también se aplazarán hasta después del verano, pero lo lógico es que tendrán que hacerse para permitir que otros personajes como José Segura o Domingo Medina sigan los pasos de Mauricio. En cuanto a Granadilla, habrá que ver si el concejal de Sí Se Puede, Antonio Cabrera (ex Ican), da la alcaldía a la candidata de Coalición Canaria con el apoyo del Partido Popular para formar gobierno, y cómo se explica después de que algún dirigente de ese nuevo partido se haya presentado como la alternativa real a la izquierda del PSOE. Porque CC y PP, aparte de otras cuestiones, también apoyan el puerto de Granadilla, aunque la candidata de CC se oponga en el municipio sureño. Este nuevo panorama político configura un escenario esperanzador para la democracia en Tenerife, porque se atisba en el horizonte el final de un régimen autoritario del que han vivido cientos de parásitos que han consumido los impuestos de los ciudadanos; parásitos de todos los tamaños, desde los que facturan decenas de miles de millones de las antiguas pesetas hasta los que han mantenido un alto nivel del vida por un gran sueldo complementado por dietas sin dar un palo al agua. Para muchos en Tenerife se acabó la fiesta, compadre. A currar, como la mayoría. Ramón Pérez Almodóvar