Engaño al electorado

Nada les diré que no sepan de la línea de defensa elegida por Zerolo. A la que emparento en su objetivo de confundir al electorado con las aclamaciones a Torres en Telde, a Guedes en San Bartolomé; y al Hermoso Manuel a quien hace unos años sacaron a hombros del Juzgado. La idea a transmitir es que los jueces son seres retorcidos que actúan por cuenta de terceros (los psocialistas o los canariones, según) para calzar por personas que llegan, incluso, a perder dinero por su dedicación al servicio público; que sería el caso de Soria, según dijera su abogado sin sonrojarse en una ocasión.

Tratan de sembrar dudas en los electores para ganar tiempo hasta las elecciones siguientes y presentar los resultados como “absolución” popular; lo que hizo Francisco González, alcalde de Mogán y el propio Zerolo.

Bananerismo puro, sí. Pero si elevamos la mira vemos que son actitudes que convergen en la línea general de descrédito y bloqueo del conjunto de instituciones democráticas, en general que sigue la política de la derecha conservadora del bracillo de la jerarquía eclesiástica. No es preciso subrayar el intento del PP contra el Tribunal Constitucional para conseguir de él lo que no logró con votos en el Congreso. Tampoco recordaré la octava manifestación de la AVT contra Zapatero con el pretexto de la política antiterrorista; ni la sentencia sobre el 11-M; ni las desautorizaciones episcopales públicas al Gobierno por leyes votadas en el Congreso; ni siquiera me extenderé con la diaria predicación del odio desde la Cope, para qué.

No es necesario traer nada de esto a colación porque ahí está para quien quiera verlo. Está claro que el objetivo es debilitar la democracia desde todos los frentes posibles, incluidas las invocaciones al Dios exclusivo de los obispos.

Para mí el interés principal de las elecciones de marzo es si esa política, que recurre al engaño, a la mentira, a la calumnia, el insulto, la manipulación y al catastrofismo con mucho incienso de sacristía vieja, caló en los electores o si éstos han madurado lo suficiente para discernir.