Europa: de la paradoja de la crisis a la crisis de la paradoja

Pocas veces podrá usarse con tanta propiedad la conocida frase: pagar justos por pecadores, o sea, pagar los inocentes las culpas que otros han cometido. Esa es la triste realidad. Las instituciones europeas, la Comisión, el Banco Central, los gobiernos, las instituciones internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, ignorando la responsabilidad que los poderes financieros contrajeron al provocar la crisis bancaria, están haciendo recaer todo el peso de la salida de la crisis, mediante draconianos planes de austeridad, sobre las espaldas de los pueblos.Y no es casual porque en una Europa con partidos y políticos conservadores pero, también, con partidos y políticos más socioliberales que socialdemócratas en el poder, otra salida de la crisis es impensable.

Ellos no van a permitir que se intente solucionar el problema de la crisis con medidas que podríamos llamar de ajuste para el capital: reformas fiscales tendentes a restablecer sistemas tributarios progresivos, impuesto a las transaciones financieras y otros impuestos mundiales a los capitales, bancas públicas sin ánimo de lucro que concedan los créditos que la banca privada se niega a ofrecer, y cierre de los paraísos fiscales, esos agujeros negros del sistema por los que se cuela, hasta ocho billones de euros como mínimo, todo el dinero de la evasión y de la elusión fiscal de los poderosos.

No tal cosa no puede suceder en Europa, a no ser, claro, que, siguiendo el ejemplo del pueblo islandés, los restantes pueblos europeos se rebelen poniendo coto a tanto desmán, pasándose así de la paradoja de la crisis, que paguen justos por pecadores, a la crisis de la paradoja, que por fin los inocentes hagan pagar a los culpables por la crisis que ellos provocaron.

Francisco Morote Costa