Espacio de opinión de Canarias Ahora
El fantasma del bipartidismo
Todos los correveidiles, entre los que debe estar el que les sugirió los inefables eslóganes-bumeranes de “habla canario” y “ponlos en su sitio”, poniendo la voz y el rictus solemne de las grandes ocasiones, concluyen: es el bipartidismo. La causa de la madre de todas las derrotas.
Cómo es posible ¿A nosotros? ¡No puede ser! No puede ser que, después de haber elaborado, de tener el copyright, los derechos en exclusiva de la doctrina archipielágica, la de que en realidad Canarias no es sino un puñado de islas desperdigadas por la mano de dios en el mar atlántico, nos haya pasado esto.
Nos pasó que, el pasado domingo, cuando votaron los canarios de aquí -porque los canarios de allá son, los hemos hecho, harina de otro costal, el reducto, la quintaesencia- ninguna de cada una de las siete islas nos haya preferido como sus representantes en el Senado, la Cámara de orientación territorial, la única institución estatal donde existe una representación insular, el anclaje entre la Isla y el Estado.
Y ahora resulta que los que han venido actuando y creyéndose el partido único, quien no está con ATI no está con Tenerife, quien se atreva a denunciar a alguna autoridad de ATI ataca a Tenerife, ponen el grito en el cielo, invocan a Achamán, porque llegó el bipartidismo.
Los que han impuesto una normativa electoral para el Parlamento de Canarias que guillotina el pluralismo de la sociedad insular, de la de cada isla, exigiendo superar el treinta por ciento de los votos válidos para poder entrar en el reparto de escaños, convirtiendo un sistema que se declara proporcional en uno mayoritario vergonzante, imponiendo un tripartidismo que les permite gobernar siempre, aunque pierdan, y obligando manu militari a muchos partidos de base insular a optar entre la disciplina de ATI o el suicidio a lo bonzo.
Si en las elecciones al Congreso se aplicara la misma normativa antidemocrática, la que defienden contra viento y marea, la que les ha llevado a aparcar la reforma del Estatuto hasta que renazca alguna remota mayoría del PP que les permita cambiar el Estatuto y conservar el sistema electoral, pues resulta que no habrían obtenido diputada y diputado. Cero.
Será tan difícil que a alguno de los asesores que pueblan despachos, tertulias, televisoras locales con licencia prèt a porter y demás mentideros del Régimen, se le ocurra que el bipartidismo amaneció porque se han empeñado en no ser cosa distinta que el PP y que los que querían Rajoy decidieron que sin intermediarios. No se les ocurrirá, porque les da vértigo intuir que el paso siguiente sería preguntarse qué vamos a hacer con Paulino. Y eso es jugar con las cosas de comer.
(*) Santiago Pérez es secretario de Política Autonómica y Libertades Públicas de los socialistas canarios.
Santiago Pérez *
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