Espacio de opinión de Canarias Ahora
¡Qué haríamos sin los políticos!
Hay momentos en los que me pregunto, impregnado de la lucidez casi que debe presidir este tipo de reflexiones, ¿qué haríamos los mortales más mundanos de no tener a los políticos, para que nos enseñen el camino de la verdad y la iluminación?... Me cuesta mucho trabajo entender cómo los habitantes de este manicomio redondo que es el planeta Tierra siquiera osan levantarles la voz, ante lo lúcida, cabal y mesurada, a la par que docta y enciclopédica de todas y cada una de sus proclamas. Cuestionar su buen juicio es cuestionar al recio y epicúreo timonel que, con pulso firme y mente clara, nos conduce hasta el nirvana soñado por los místicos guerreros nórdicos.
Y ¡Sí! , ya sé que suena muy místico e iluminado, pero es que, con tan sólo pensar en las declaraciones que cada día se dignan en compartir con el resto de la humanidad, me entra una congoja que me hace estremecer mi corazón de ser finito y carente de tanta sapiencia preclara y sobrecogedora. Ciego estaba yo ante la realidad que me circunda, la cual sólo se muestra tal cual, cuando leo, escucho o veo a esos líderes del siglo XXI, vestidos como en el siglo XX y hablando con un lenguaje del siglo XIX, muestra de su imperecedera impronta.
Porque del siglo XIX es el medio de transporte que suelo utilizar en la ciudad en la que vivo, el tranvía, en vez de conducir un vehículo a motor, consumidor de combustibles fósiles, y responsable de que en nuestras ciudades, el aire limpio ?¡qué horror!- esté desapareciendo en pos del humo de las gasolinas, los gasóleos y demás sucedáneos del petróleo, mucho más beneficios para la sociedad capitalista neoliberal que todos esos intentos de crear vehículos eléctricos y ecológicos, los cuales son una verdadera abominación.
¿Y qué me dicen del salario base interprofesional? Pues que ya era hora que alguien dijera lo que muchos piensan en nuestro país. ¿Para qué?... ¿Para qué pagar un mínimo estipulado por la ley, cuando los empresarios saben muy bien lo que les beneficia y lo que no?... ¿Acaso el bien llamado “tejido empresarial” no sabe qué deben hacer para enriquecerse y, de paso, poner al trabajador, díscolo, crítico y apático en su sitio?... Miren, si no, lo que le ocurrió al presidente republicano Abraham Lincoln. Abolió la esclavitud y lo asesinaron en medio de una representación teatral. Si se hubiera estado calladito y no hubiese cambiado nada? Pues mucho mejor, porque los cambios, como las armas, las cargan los hombres que no saben exponer sus pensamientos y recurren a la violencia como medio de expresión.
Y, por último, está ese pedazo de descubrimiento, a la altura de los estudios de Louis Pasteur o Marie Curie -díscola fémina, empeñada en hacer el trabajo de un hombre, aunque brillante, eso sí- que ha puesto negro sobre blanco y demuestra que quienes vocean la “fuga de cerebros” y el éxodo masivo de jóvenes y profesionales liberales fuera de nuestras fronteras, mienten. NO ES VERDAD que quienes se marchan de nuestro país, se marchan, dado que, si permanecen en la Comunidad Europea, siguen estando como en casa. Además, si no se van a otro continente, ni falta que hace, continuarán pagando sus impuestos en Europa, impuestos que luego servirán para pagar un nuevo rescate cuando la banca necesite una nueva ayuda, una vez que el tema de los desahucios, las preferentes y demás, deje de darles tantos quebraderos de cabeza.
Encima, como en el resto de Europa son unos mani-rotos y pagan unos sueldos, a todas luces, escandalosos para los estándares patrios, sus impuestos son mayores y las pretensiones para pedir un nuevo rescate/ ayuda/ balón de oxígeno/? pueden ser mucho mayores.
Como ven, tengo razones para estar contento, al igual que el resto de los habitantes de nuestro país, gobernados por quienes sólo piensan en sí mismos ?para eso los hemos votado- y nos enseñan que los equivocados somos nosotros.
Y si me perdonan, ahora me marcho, que tengo que coger el tranvía-reno express para ir a la biblioteca, una biblioteca que no tiene una sentencia de derribo por incumplir la normativa vigente. Luego, puede que vaya a montar en bicicleta, con casco, porque en este país les importan las personas y no las opiniones de sus cargos públicos y, después, me tumbaré en un parque, no de cemento, sino de hierba, a leer un rato, en medio de una ciudad pensada para las personas, no para los vehículos.
¿Se dan cuenta del potrero de país en el que vivo?...Es que no tengo remedio.
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