Aquí, no.Por si lo anterior fuera poco, resulta que ese mismo empresario es el titular del cincuenta por ciento de los beneficios que iba a obtener Promotora de Recursos Eólico SL., gracias a un contrato ilegal, nulo y lesivo para los intereses públicos –según dictamen de la Abogacía del Estado- que les firmó el anterior presidente de la Autoridad Portuaria, colocado en ese puesto por Soria, según el mismo ha declarado públicamente. Pero es que además, es esta misma empresa la que le organizó a Luis Soria, consejero de Industria y responsable último del concurso eólico, una visita al suministrador de los molinos que pensaban comprar, dos semanas antes de que el concurso se convocara. Como guinda final del pastelito, añadir que actualmente están procesados por cohecho, y en relación precisamente con el concurso eólico, el presidente, el apoderado y el secretario de esta empresa. Cuando en noviembre de 2004 denuncié el montaje de este chiringuito de capital vasco para dar el pelotazo eólico en Arinaga, en detrimento de una empresa publica propiedad de todos los canarios, y el trato de favor que le estaba dando el entonces Presidente de la Autoridad Portuaria, desde el Cabildo de Gran Canaria se ordenó mi despido fulminante, este despido ha sido anulado por sentencia judicial firme, donde se señala que se me despidió precisamente por denunciar esas irregularidades. En cualquier país occidental estos hechos hubieran significado una actuación de oficio de la Fiscalía Anticorrupción. Aquí, no.Cuando a Soria López le preguntaron en la comisión de investigación del Parlamento de Canarias por qué no se había ausentado del Consejo del Puerto cuando se trataban los intereses eólicos de ese empresario con el que mantenía tan estrechas relaciones, Soria López simplemente mintió, seguramente por costumbre, pero con su nerviosismo no se dio cuenta de que mentir ante determinadas instancias es delito. Cuando por esas mentiras ante una Comisión Parlamentaria de investigación he denunciado a Soria López en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), la cicepresidenta autonómica ha salido a declarar apuradamente que el TSJC debería mirar para otro lado y el presidente Adán Martín, más posibilista, le ha pedido al Tribunal que lo deje para después de las elecciones, no vaya a afectar la cotización de su pacto, o mejor dicho, de su joint venture con Soria. El propio Soria López, más zafiamente, se ha limitado a declarar que la denuncia “se la deja al pairo”, y ha prohibido a los periodistas que le pregunten sobre la misma. Esto no hubiera sucedido en ningún país occidental. Aquí, sí.Como todo el mundo le pide algo al TSJC, yo, como simple ciudadano, me voy a limitar a pedirle una sola cosa: que haga efectivo el artículo 14 de La Constitución, que declara que todos los españoles son iguales ante la Ley. Cuando comparecí ante la Comisión Parlamentaria y declare más o menos lo que en estas líneas he resumido, Soria López, para intentar acallarme, comenzó a amenazarme con sus abogados y con querellas interminables. O bien sus abogados -traídos desde Madrid- no son muy buenos, o no deseaban que la querella fuera mas allá de un simple paripé de cara a la galería, puesto que al día siguiente la presentaron en una comisaría equivocada –en una de Las Palmas, en lugar de una de Santa Cruz de Tenerife, como correspondía-, y adjuntando como prueba un dossier de prensa con lo que los periodistas decían que yo le había dicho a la Comisión. No obstante la evidente chapuza, a la semana, un juez ya me había llamado para diligencias previas. En contraste, mi denuncia a Soria López se ha presentado ante el Tribunal competente, el TSJC, y no está sustentada en un dossier de prensa, sino por una copia del registro sonoro oficial de la declaración de Soria ante la Comisión Parlamentaria, acompañada de copias de certificados oficiales de organismos públicos que desmienten de forma clara y rotunda lo declarado por Soria López en su calidad de testigo. Han pasado más de tres semanas desde la presentación de esta denuncia ante el TSJC, y me gustaría seguir creyendo que, a pesar de las declaraciones de Martín y de Julios, también en Canarias es de aplicación el artículo 14 de la Constitución.He denunciado a Soria López porque, desde mi época de antifranquismo militante y siempre desde mi ideología liberal, he sido de los que ha querido para Canarias un sistema democrático como el que impera en Estados Unidos, Canadá, Escandinavía o Gran Bretaña, y que no sufriéramos la degradación de los sistemas que afligen a muchos de nuestros parientes latinoamericanos, por no hablar de nuestros vecinos africanos. Pero resultando evidente que en Canarias estamos en la senda que nos lleva a una Macarolandia bananera, no me he resignado al tópico de que todos los políticos son iguales, que nos los merecemos, y de que nada se puede hacer. En la medida de mis posibilidades, como simple ciudadano y por amor a esta tierra, me he plantado. Francisco Cabrera Cabrera