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Noticias de nuestro Ayuntamiento

Eusebio Bautista Vizcaíno

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Es rara la semana que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria no produce alguna noticia destacable, no por su buena repercusión sobre sus ciudadanos, sino por tratarse de una metedura de pata o parecerse a algunas de que las que se contaban de Jaimito y su profesora. En estos últimos días han aparecido varias entre las que he seleccionado las siguientes.

El pasado 5 de abril aparece una noticia en La Provincia que, al no estar firmada por ningún periodista colijo, se trata claramente de una nota de prensa municipal - en este caso de la Concejalía de Cohesión Social (vamos, publicidad y propaganda encubierta) - cuyo titular en grandes caracteres dice: “El Ayuntamiento atiende en un año a 50.000 personas en riesgo social”. Luego la noticia entraba en detalles informando que en 2017 destinó un total de 2.403.571 euros para subvencionar a organizaciones sociales que trabajan en el municipio. La cifra supuso un incremento de 116.000 euros con respecto a la de 2016, y permitió poder atender a través de 248 proyectos a cerca de 50.000 personas en situación de vulnerabilidad social.

No es que uno sea mal pensado, pero la primera ocurrencia fue dividir los 2.403.571 euros entre las 50.000 personas para ver de cuánto era la ayuda por persona. El resultado es que cada una de las 50.000 personas – en situación de vulnerabilidad social, según la nota – recibió de promedio 48,07 euros. Si, ha leído usted bien: 48,07 euros por cabeza.

Por si hay algún error, la nota dice que “los datos se desprenden de la Memoria del Plan de Subvenciones que ha elaborado el Ayuntamiento por primera vez”.

Es evidente que, si el concejal de Cohesión Social, Jacinto Ortega, quiso sacar pecho con la noticia, ha conseguido el efecto contrario. Dar 48,07 euros a 50.000 personas en situación de vulnerabilidad social es, cuando menos, una tomadura de pelo, si no una broma macabra.

Unos días antes, La Provincia titulaba otra noticia: “Multa como puedas”, esta vez firmada por una periodista de la casa. En ella, se explicaba que una ciudadana que conducía por la Avenida Marítima en dirección a Puerto fue captada por el radar fijo que está en dicha Avenida, y multada por circular a 98 km por hora. Según la multa, la infracción se cometió en la calle Alcalde Ramírez Bethencourt, en el kilometro 5,5.

Como todos sabemos, la calle Alcalde Ramírez Bethencourt es de dirección única hacia el Parque San Telmo. Por lo tanto, la ciudadana no podía circular por ella porque iba en dirección Puerto. Pero es que además, la citada calle tiene 4 kilómetros y, según la multa, se produjo en el kilometro 5,5. Por último, y también es por todos sabidos, esa calle carece de radares fijos.

La conductora interpuso un recurso contencioso-administrativo, pendiente de resolución. El letrado del Ayuntamiento reconoció que la infracción fue captada por un radar fijo de la Avda. Marítima y aseguró que fue un error del agente que tramitó la sanción. Hasta aquí, todo parece producto de un error humano que pudiera darse alguna una vez.

Pero el abogado de la conductora sospecha que el cambiazo de la calle se produjo a fin de poder cobrar la sanción, ya que la Policía Local no tiene competencias para multar en las vías interurbanas como la GC.1. Además, el abogado añade que, el mismo día que multaron a su cliente, “figuraban 20 clientes denunciados en el mismo lugar, en el kilometro 5,5 de la calle Alcalde Ramírez Bethencourt”, y se pregunta “¿se equivocó el policía local ese día o se equivocan todos los días?”. El abogado se sigue preguntando si esto es un desaguisado del policía, del instructor, o de los responsables de seguridad que están cobrando a los ciudadanos falseando la realidad.

Si no fuera por la gravedad de los hechos, esta noticia parece de las de Jaimito y la profesora. Por cierto, nadie del Ayuntamiento ha hecho declaraciones sobre estos hechos que, como vemos, han afectado en un solo día a más de 20 ciudadanos. ¿No nos merecemos que algún responsable municipal explique qué porras está pasando? A los conductores habituales que pasan por la Avda. Marítima se les recomienda que lean con detenimiento las multas que les puedan llegar, por si se la quieren pegar con queso.

La última noticia destacada en la prensa local es la de la participación ciudadana acerca de las propuestas sobre los 1,5 millones de euros que el Ayuntamiento destinó a los presupuestos participativos. Que, en una ciudad de casi 400.000 habitantes, la participación ciudadana haya sido de 39 colectivos (habiendo más de 250) y 69 ciudadanos a título individual es para tirarse de los pelos o mejor, para que el concejal de Participación Ciudadana dimita.

Pero no, el concejal Sergio Millares, en un artículo publicado en La Provincia, dice literalmente que “La primera etapa se cubrió con un notable éxito” en referencia a las 300 propuestas presentadas por la ciudadanía. Mientras no tengamos claro que la participación ciudadana es la asignatura más importante de un Ayuntamiento, seguirá siendo un fracaso. Y 300 propuestas, con 39 colectivos y 69 ciudadanos participando, es un rotundo fracaso. Se mire por donde se mire.

Quiero recordarle al concejal de Participación Ciudadana, que en La Coruña (243.000 habitantes), sin tener personal en la concejalía de participación – que no existía – el primer año (2016) de presupuestos participativos, 2.000 ciudadanos participaron en ellos. Pero antes los formaron, claro.

En el Ayuntamiento hay un departamento de Participación Ciudadana con muy buenos profesionales, pero falta dirección política. Hay que buscar a los ciudadanos, a los jóvenes, a las personas de mediana edad, a los mayores, y explicarles las ventajas de participar en la vida de nuestra ciudad. Hay que reunirse con ellos en los barrios, en los bloques de edificios, en los parques, en las bibliotecas municipales, en las calles. Y así, algún día, tendremos una participación apropiada a los tiempos de la democracia participativa que supuestamente corren.

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