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Espacio de opinión de Canarias Ahora

Sobre el pinzón azul de Gran Canaria

Pareja de pinzones azules

Pascual Calabuig

Se pone de manifiesto la necesidad de una renovación del actual plantel reproductor ya sea mediante la extracción de huevos o bien de pollos del medio natural”. 

Al igual que se constató ya en el año 2013 la necesidad de renovación de los ejemplares del plantel reproductor se vuelve a poner de manifiesto”. 

Hay que tener en cuenta que algunas de las hembras utilizadas tanto para criar como para su uso como amas de cría van teniendo su fin como reproductoras por el envejecimiento de algunas de ellas”. 

El mantenimiento de una población genéticamente viable en el centro de cría no ha sido posible en los últimos años. Las pérdidas por muerte, el envejecimiento de los reproductores y la imposibilidad de traer huevos y/o pollos del medio natural, han supuesto el empobrecimiento gradual de la variabilidad genética del plantel reproductor en 2014, comprometiendo la producción de ejemplares que cada año se ve afectada por esta limitación”. 

El envejecimiento de los reproductores, la falta de incorporación de nuevos ejemplares que aporten diversidad genética y el escaso número de parejas de las cuales se criará su descendencia, motivan que en la temporada 2015 se trabaje solo al 50% del potencial rendimiento del centro de cría”. 

Los párrafos anteriores, dado el estado actual de la situación, en la que defiendo a ultranza la necesidad de cumplir con lo estipulado claramente en el Plan de Recuperación e incorporar sangre nueva al Centro de Cría en Cautividad, frente a los argumentos de quienes, principalmente desde el Gobierno de Canarias, están decididos a cerrarlo por puro envejecimiento de los parentales y llevan ya cinco años de reiterado incumplimiento, podrían hacer pensar al lector que han sido redactados por mí. 

Pues no. Se equivocan. Esos párrafos han sido literalmente transcritos de las “Memorias Técnicas de la cría del pinzón azul” que en los años 2013, 2014 y 2015 elaboró la veterinaria Dolores Estévez López que se encargaba de esa faceta una vez que fui removido ilegalmente del puesto. Pero para desgracia de los que tramaron semejante disparate, la Justicia me ha vuelto a colocar al frente del Centro de Cría. 

No deja de resultar curioso que esta profesional se expresara así de rotunda en esos años y ahora la veamos firmando escritos en prensa en los que aboga por no realizar las reposiciones cuando, transcurridos tantos años desde entonces, no se han capturado ni huevos ni pollos para reponer el plantel reproductor en Tafira. Aquello es ya un geriátrico en el que solo algún pájaro, impedido para soltar, ha permitido en la presente temporada tener algún exiguo resultado pues apenas ocho pollos conforman a día de hoy la producción anual. Eso sí, los gastos que genera la cría siguen siendo similares a cuando éramos capaces de producir 28 ejemplares e íbamos en progresión ascendente en cuanto a la productividad, cuyo techo estimamos podría llegar perfectamente superar los 40 ejemplares sanos por temporada y con una más que adecuada diversidad genética. En cinco años que dura ya el Plan supondría la cifra de unos 200 pinzones azules con los que serían varios los pinares en los que el Cabildo podría haber creado nuevas poblaciones. 

Es cierto que criar en cautividad resulta caro pero, sin lugar a dudas, cuanta más eficacia se demuestre y se generen animales, menos caro resultará. Para llegar a esa conclusión desde luego que no hay que traer a sesudos personajes ni aplicar sofisticadas fórmulas, solo es necesario aplicar un poquito de sentido común. 

El término “caro” es relativo cuando se trata de una especie tan amenazada como nuestro pinzón azul. Por otro lado se apuesta por criar en cautividad las palomas de la laurisilva, que ni siquiera están consideradas como amenazadas y, sin embargo, disponen de todos los parabienes para continuar y desde las Administraciones no ponen pegas. Estas son para el muy amenazado pinzón azul. Un poco de coherencia señores. 

En mi opinión lo que es realmente caro, muy caro, es tener todo el sistema montado en el pinzonario para luego funcionar a menos de un cuarto de sus posibilidades e, incluso, dejando morir por enfriamiento decenas de huevos fértiles de una especie en peligro de extinción por unas, supuestas, anomalías en la variabilidad genética,  de casi la mitad de los emparejamientos según les decía un programa informático. Y así, año tras año, acumulando embriones muertos de pinzón azul que estaban perfectamente sanos. Y si no fueran del todo válidos para liberar sí que servían para otras múltiples funciones. 

Si no sirven los emparejamientos pues no los hagan y sustituyan de una vez esas parejas por otras adecuadas. Pero lo que se ha venido realizando en estos pasados años clama al cielo. Eso, cuando además se hace de forma programada y a escondidas, saltándose las obligaciones más serias, creo que es malversar dinero público, tal y como vengo reflejando reiteradamente sin que pase nada. 

De ahí que los miembros del Comité del LIFE que han firmado el referido escrito se espanten ante la sola idea de que se hagan públicos sus manejos. ¿Si creen que todo es tan acorde a lo estipulado por qué ese miedo a que se entere la sociedad? ¿Por qué agarrarse a supuestos compromisos de confidencialidad para intentar callarme cuando soy el responsable en nuestro Cabildo de lo que se haga en la conservación del pinzón azul?  Y ¿por qué se ha vetado mi asistencia a las reuniones técnicas del LIFE? Pues como mismo se refleja en el escrito de la Viceconsejería donde se insta al Cabildo a excluirme de las reuniones: “por resultar una voz discordante”.  Curiosa medida y muy democrática, sin duda.

Tengo muy claro que cuando una persona cree actuar con lealtad a sus funciones y en los foros adecuados no se le hace ni caso, aplicando el rodillo e incumpliendo de forma palpable con lo obligatoriamente establecido y saltándose a la torera sentencias judiciales, es bueno que el asunto trascienda y exista un debate. 

Al menos, cuando pasado un tiempo, se vea la magnitud de la trama del cierre paulatino del Centro de Cría, nadie podrá decirme “tú estabas al tanto y no hiciste nada”. Pues “nada” es convencer al comité, con los datos sobre la mesa en el debate técnico, como he hecho varias veces, y que luego decidan por intereses ajenos a la conservación del pinzón azul con la que pretenden llenarse la boca. 

Si son criterios técnicos los que aconsejan el cierre del Centro de Cría hagamos un pequeño análisis. 

Los que ahora dicen que criar pinzón azul es caro estuvieron 11 años intentándolo con el paupérrimo  resultado de un solo pollo producido y que encima se les murió tras ser liberado. Esas personas, si tuvieran algo de vergüenza profesional, debieran permanecer calladitos y dejar trabajar a quienes, formando un potente equipo en el Cabildo, fuimos capaces de revertir afirmaciones como “el pinzón azul es imposible de criar por razones inherentes a la propia especie” tal y como reflejaron en las Memorias de los LIFE que gestionaron. 

Cuando el Cabildo revertió la situación con la cría y esta comenzó a tener un rotundo éxito, esos mismos técnicos ejercieron un tremendo boicot, más que demostrado  (ver charlas con mi nombre en Youtube), que acabó finalmente impidiendo completar las liberaciones de los pájaros criados en 2012 con un gran esfuerzo por parte de operarios y técnicos del Cabildo. Y, señores firmantes del referido artículo, no se trata de provoca al Gobierno ni crear conflicto entre Administraciones, sino de contar la realidad vivida y que ha sido en parte juzgada con las respectivas sentencias judiciales y resolución de expedientes todos a mi favor.   

En su día la excusa para no dejarnos liberar los animales era la supuesta falta de diversidad genética. Para escarnio de los técnicos del Gobierno que defendían ese argumento, embaucando a algunos incautos políticos para tomar decisiones muy equivocadas e injustas, los resultados científicos, tal como era de prever, demostraron que el conjunto de aves producidas tenía una heterocigocidad superior, incluso, a la de la población fuente en Inagua (0,8 frente a 0,73). 

Y si decían que habían problemas genéticos ¿no era entonces necesario reponer la sangre en el pinzonario? En seis años han tenido tiempo de sobra pero la retahíla de excusas para no hacerlo, posponiéndolo año tras año, es digna de análisis. Lo que ocurre es que refrescar el plantel iría en contra de su objetivo inicial, el cierre de un Centro de Cría en el que fracasaron previamente de manera tan rotunda. 

Poniéndome en su lugar comprendo su tremenda frustración. Lo que yo hubiese hecho en su caso,  por el bien del pinzón azul, que debiera ser lo importante, es dar un paso atrás y dejar trabajar a los que conseguían resultados incontestables. Si no ayudo, por lo menos procuraría no estorbar. 

La labor de “alta inspección” que ejerce la Oficina de Biodiversidad del Gobierno tras las transferencias de 2002,  no significa carta blanca para ejercer boicots continuados con un claro trasfondo de conflicto personal y, menos, para llevar a cabo el “quítate tú para ponerme yo” que es lo que realmente ha ocurrido, por mucho que quieran adornarlo creando comités. Eso sencillamente es ser juez y parte. Y si me rebelo contra esos abusos no puede tildarse de provocación. Faltaría más. 

No es mi problema si en cuestiones de ese calado nuestro equipo ha tenido  resultados  muy exitosos y el equipo del Gobierno demostró todo lo contrario. Es algo que no solo ocurre con el pinzón azul si repasamos la trayectoria profesional de ambos equipos. La realidad a veces es algo tozuda y no me la invento. 

Ahora, para acabar con la cría en cautividad, ejecutada por el Cabido sin apenas parejas, anteponen la supuesta eficacia y economía de las traslocaciones que ejecutan los técnicos del Gobierno. Pero, una vez más la tozuda realidad pone las cosas en su justo lugar ya que las traslocaciones, tal y como vine advirtiendo desde un principio, no funcionan. 

Los pinzones azules se vuelven rápidamente a sus lugares de origen cuando van a criar debido a la intensa filopatría demostrada por la especie. Además, una buena parte de ellos, sencillamente, desaparecen, quizás muertos, al tener unos altos índices de dispersión y exposición a los depredadores fuera de sus territorios habituales. 

Así, según la información de los documentos de progreso del LIFE, en 2015, de los 15 pinzones traslocados, a la primavera siguiente solo quedaron en la cumbre cinco ejemplares y tres fueron detectados en Inagua, otros siete desaparecieron. 

En 2016 fueron 20 los traslocados y solo se detectaron a la primavera siguiente en La Cumbre unos 4 y otros 2 en Inagua por lo que 16 ejemplares se dieron por desaparecidos. 

Y de los 15 pinzones que se liberaron traslocados en 2017 se han observado solo dos ejemplares en La Cumbre hasta ahora. Es por ello que, del total de los 50 pinzones traslocados, solo se han quedado en la cumbre unos 11 ejemplares, lo que constituye un 22%. 

Si a ello enfrentamos por ejemplo que entre 2010 y 2012 de los 41 ejemplares liberados de la cría en cautividad, a la primavera siguiente, con la técnica de liberación que aplicamos en ese entonces, pudieron detectarse unos 26, lo cual constituye un 63% del total, comprenderemos por qué insisto en la necesidad de continuar criando y, sobre todo, liberando con eficacia y también protegiendo adecuadamente el territorio de las liberaciones que es otro aspecto renqueante en la actualidad con tanto LIFE. Pero de eso hablaremos en otro momento. 

Hay que considerar además que las traslocaciones citadas se han realizado en un pinar donde ya hay establecida una incipiente población que cría cada año en aquellas laderas cumbreras, la mayoría procedentes de la cría en cautividad que, sin duda, ayuda a que algunos pájaros traslocados se queden. Si no fuera por eso serían todavía menores los índices de reavistamiento a la siguiente temporada. ¿No sería mejor combinar ambas técnicas y no empeñarse en cerrar un pinzonario  que hasta ahora ha sido lo único realmente efectivo? 

Intentar colonizar nuevos pinares, como ya hizo el Cabildo en 2010 con la cría en cautividad en los pinares de Llanos de La Pez y faldas del Roque Nublo, exclusivamente con traslocaciones es un soberano error. No hace falta ser muy listo para comprender que por ese camino vamos mal.  Y eso a este equipo LIFE le sienta muy mal que se lo demuestren con los datos en la mano, como queda patente en el ya referido artículo en el que, más que aportar luz, se pretende correr una cortina de humo con descalificaciones personales, quizás para encubrir las vergüenzas que se les van destapando en documentados artículos de opinión, en la prensa y también en las redes sociales.  Seguiremos informando.

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