Un reto de presente y futuro: las actitudes de los canarios ante la inmigración
Meses atrás una compañera explicaba en este mismo diario la nueva política migratoria de la UE y sus consecuencias para Canarias. Semanas después hemos visto cómo este debate recobró relevancia mediática tras la reciente publicación del informe de Fundación porCausa: “Frontex: El guardián descontrolado”. Informe en el que se advertía de manera explícita que Canarias podría estar convirtiéndose en un hotspot: un espacio de retención provisional de inmigrantes, tal y como ocurriera, por ejemplo, en la isla griega de Lesbos en 2015.
Si echamos la vista atrás, las circunstancias vividas en las islas griegas sentaron un precedente en la gestión de las fronteras y las crisis migratorias. La dramática situación vivida por los refugiados puso en jaque la política europea durante años. Sin embargo, esta crisis no tuvo exclusivamente consecuencias sobre las víctimas -los refugiados-, sino que también tuvo efectos en la población local de las islas griegas. Opiniones normativas aparte, un equipo de politólogos ha demostrado cómo en las islas griegas que más se vieron afectadas por la crisis de refugiados aumentaron tanto los sentimientos de rechazo hacia los inmigrantes, como el voto a la extrema derecha.
Es evidente que existen claras diferencias entre el contexto griego de la década pasada y los acontecimientos vividos en Canarias en los últimos meses. Sin embargo, también hay similitudes que podrían incluso incrementarse si nuestra Comunidad acaba por efectivamente convertirse en un hotspot. Ante esta situación, nos parece obligatorio preguntarnos sobre en qué situación se encuentra Canarias actualmente. ¿Existe un consenso de tolerancia hacia los inmigrantes?
Para intentar dar al menos una respuesta parcial, hemos analizado los datos publicados en marzo de 2021 del primer Sociobarómetro de Canarias. En esta encuesta se hicieron numerosas preguntas relacionadas con la inmigración en Canarias. Lo que buscábamos era localizar qué grupos sociales mostraban un mayor rechazo a la población migrante. Para nosotros, evitar casos como el griego pasan por la prevención y, si sabemos quiénes están más preocupados, independientemente de sus motivos, es posible diseñar políticas públicas para combatir y disminuir los estereotipos, aumentar la inclusividad y prevenir el aumento de actitudes de rechazo.
Dado que la encuesta aporta mucha información es imposible mostrarlo todo. Así que nos centraremos en enseñar varios gráficos que combinan las preguntas sobre la inmigración con diferentes características. Lo que más nos interesa mostrar, y lo que más nos ha sorprendido, es el patrón que se repite: la aparente transversalidad de un consenso negativo.
Así pues, en la primera gráfica vemos el porcentaje de canarios que creen que la inmigración perjudica la economía según su nivel de estudios. A priori podríamos pensar que en algunos grupos predominaría una respuesta y en otros la contraria. Sin embargo, como puede verse, no hay grandes diferencias entre ellos.
No obstante, podría ocurrir que no veamos diferencias según los estudios porque esta característica no es relevante, pero sí que las hubiera en función de la provincia donde viva el entrevistado. Al fin y al cabo unas islas se ven más afectadas que otras. Sin embargo, vemos que tampoco hay grandes divergencias.
Ahora bien, ambas características son sociodemográficas, por lo que es posible que las respuestas diferentes las encontremos en función de actitudes y opiniones. En esta ocasión vemos si se piensa que las personas migrantes quitan los puestos de trabajo a los canarios en función de la ideología y la identidad nacional. En el primer caso se hace referencia a que la persona se considere de izquierda, centro o derecha. Y en el segundo a sentirse más canario que español, más español que canario o tanto de uno como de otro. Vemos que esta vez hay más matices respecto a la pregunta anterior, sin embargo, la creencia negativa está hasta cierto punto extendida de forma transversal. Con diferencias según grupos, sí, pero no tan grandes como a priori podríamos haber esperado.
En el último gráfico que mostramos, se muestran las respuestas a la pregunta si se cree que la llegada de inmigrantes aumenta los niveles de delincuencia según a qué partido votó la persona en las elecciones autonómicas de 2019. Es evidente que hay un patrón: cuanto más a la derecha se ubica el partido, más afirmativa es la respuesta. No obstante, una vez más el consenso negativo es más transversal de lo que esperábamos.
Sin embargo, afirmar que la sociedad canaria no es tolerante a partir de estos datos nos parece descabellado. Como se habrá podido apreciar, no hemos destacado a lo largo de la redacción los porcentajes exactos en cada una de las gráficas. Creemos que debemos ser cuidadosos con esto: actualmente es la única encuesta que tenemos, una foto realizada en un momento determinado, unas circunstancias específicas y con unas preguntas concretas. Por eso, preferimos esperar a tener nuevas encuestas con nuevos datos y así poder fijarnos sobre todo en las tendencias. Por ello, creemos que la lectura de estos datos debe ir por otros derroteros.
En este artículo queríamos reseñar una idea fundamental que nos había sorprendido, y es que ni el consenso de tolerancia que esperábamos encontrar a priori parece producirse, ni tampoco hay grupos sociales concretos que se muestren más reacios: las actitudes menos positivas son más transversales de lo esperado. Pero, independientemente de las razones de una persona para tener actitudes negativas hacia los migrantes, la cuestión clave como sociedad es detectar si esto ocurre o no. Detectarlo puede ser el paso previo a prevenir que ocurra lo sucedido en las islas griegas. No solo en términos de opiniones y actitudes, sino también de votos. Porque habrá partidos que aprovecharán -y ya lo hacen- las dificultades económicas fruto de la pandemia o las preocupaciones culturales de los canarios para explotar estos sentimientos de rechazo.
Las encuestas -por ahora la encuesta- nos ayudan a identificar estas situaciones. A conocer el estado de la opinión pública y las preocupaciones en nuestra comunidad. Por eso es fundamental que se continúen haciendo barómetros cada pocos meses. Y ante lo visto, creemos que estamos ante un tema que no se puede descuidar por parte del gobierno, de nuestros representantes y de la propia sociedad civil. Se debe continuar fomentando la tolerancia y la inclusividad, haciendo pedagogía y concienciando sobre la situación de los inmigrantes que llegan a nuestras costas. Es necesario contrarrestar y desmontar los estereotipos, llegando a todos los grupos sociales y pudiendo así atravesar las burbujas sociales. Sin duda, en buena medida ya se está actuando en esta dirección y esperamos que continúe haciéndose incluso después de que se resuelva la crisis humanitaria actual. Los esfuerzos no pueden venir exclusivamente de nuestras instituciones, sino que debe ser un compromiso colectivo de presente y para el largo plazo. Está claro que no podemos trasladar las consecuencias en las islas griegas directamente al caso canario. Pero que el hecho de que exista esta evidencia debería ponernos, al menos, en alerta.
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