El caso es que ETA tiene hoy mayor presencia mediática y que Zapatero no ha sabido enfrentar la cuestión de las listas; que para mí no radica en si son legales o no sino en que miles de vascos quedarán sin representación en las instituciones y disponibles. Como advirtieran en su día los críticos con la ley de partidos. El PP repite la estrategia que ya utilizara contra Felipe. Pero si entonces los escándalos le favorecían y el acoso funcionó, con Zapatero lo tienen peor. No ha habido catástrofe económica, España no se ha ido al carajo y aseguran ahora los peperos que ellos nada tuvieron que ver, qué va, con la “conspiranoia” del 11-M que el juicio ha desmontado. Menos mal que la Pantoja cogió el relevo. En esa bronca que se traen en la metrópoli ha querido involucrarnos el macho Soria. Por patriotismo, claro. Durante meses firmó artículos copiando las críticas que Rajoy y Acebes hacen a Zapatero cada noche, en el telediario. Y volvió a la carga en el reciente mitin grancanario con Aznar de estrella invitada. Poco habló de Canarias, pero prometió aplicarse a gobernarnos con “sensatez y rigor”; virtudes muy suyas como todo el mundo sabe y que inciden, ya ven, en la manía que le tengo.Diría que la intervención de Soria fue sensata, pero no rigurosa. Sensato resulta, en su caso, no criticar al Ejecutivo canario ya que espera gobernar con ATI-CC tras el 27-M. Pero no es riguroso centrar los ataques en López Aguilar; no por lo que diga o deje de decir de él sino porque tiene tela, oye, tanto esmero en señalar con el dedo y responsabilizar a quien no ha gobernado y en cambio no mentarle ni de lejos la parentela a quienes llevan años controlando el Ejecutivo autonómico con notable daño para la isla cuyo es el Cabildo que preside. Ojo al parche. De momento, da la sensación de que el programa del macho Soria se reduce a aguantar el chaparrón judicial a ver si las urnas lo absuelven y ayudar a ATI-CC a cerrarle el paso a López Aguilar para que las alfombras sigan donde están, que no es bueno para los negocios levantarlas.