Del sistema electoral al 'Chatêau d´Yquem'

Comprenderán que haga la lectura en clave personal, o sea, desde su persona de él, ante la manifiesta imposibilidad de encontrar algo de coherencia intelectual. Si en su momento clamaba por esa reforma y hoy va en sentido contrario será, digo yo, porque forma parte del Gobierno y le viene bien el actual sistema. Éste, como saben, tiró a la basura 150.000 votos en las elecciones pasadas y permitió reducir el número de grupos parlamentarios a tres (CC, PP y PSC) de los que dos forman un Gobierno que se distingue por oponerse a la oposición que no gobierna. Siempre se conocen de antemano cómo serán las intervenciones y el resultado inamovible de las votaciones. Cualquiera que haya tenido la paciencia de seguir algún pleno de la cámara sabe que el Gobierno, lejos de defender su gestión y proponer cosas, sale a criticar a la oposición en virtud del principio de los pájaros contra las escopetas. Y Soria, atorrado.

Para Soria lo bueno de esta situación, que trata de perpetuar, es, como se ha visto en demasiadas ocasiones, el blindaje que le ofrece CC para ir timoneando su situación personal; a la espera de que jueces buenos y comprensivos, que haberlos, háylos, lo saquen a flote. Es su vía de escape como él mismo admite implícitamente al reconocer que está contra la reforma electoral y el rebaje de los topes de acceso al Parlamento para impedir la entrada de “grupúsculos amigos del PSC”. Es como si le diera vueltas en la cabeza a la idea de promover una ley de partidos a la canaria que impida a los sospechosos de pertenecer a la trama del PSC presentarse a elecciones. En ese orden de cosas, quién sabe, la denuncia del Gal canario por Época pudo ser una maniobra de tanteo. Freudiano, oye.

Aunque aquí nos conocemos todos, no todos los electores conocen a Soria. Por eso, no saben que cuando habla de grupúsculos amigos del PSC se refiere, en realidad, a cualquiera que incluso estando a muerte con los psocialistas coincida con ellos en que tenemos de vicepresidente a un sujeto impresentable. Y lo bastante torpe para proclamar, Freud de nuevo, que se opone a la reforma electoral porque hay grupos que usan su libertad de irse con quien les parezca; lo que no los hace de fiar. El temor a que pueda cuarteársele por ahí el blindaje lo lleva a reconocer, porque eso ha hecho, su plena disposición a perseguir a los grupos no afines a él. Bueno, a los grupos y a las personas de las que algunas, para su sorpresa, se le han revirado; de ahí sus problemas.

No resulta novedoso el donde dije digo, digo Diego soriano. Resulta notable, desde luego, lo de la ley electoral porque su partido, ya ven, es de los perjudicados con el actual sistema. En otras palabras, se opone a la reforma más por asuntillos personales que movido por los intereses de la formación que preside. Ocurrió igual con la Televisión pauliana y con la guanchancha.

Respecto a la primera, se comprometió en campaña electoral a cerrarla, pero como le resulta útil para taparle o maquillarle sus vergüenzas, nada de lo hablado. Lo mismo que con la Policía autonómica. Pasó de rechazarla a apoyarla. Por cierto: espero que hayan hecho la reserva de los hummers porque igual se quedan sin ellos después del palo de la GM.

Acabo en plan novelero: pendiente estoy de ese almuerzo para seis por el que Hacienda pagó, al decir de los psocialistas, 1.800 euros (casi 300.000 de las antiguas pesetas). He hecho cálculos y no me cuadra la cifra por lo que se me ocurre que, si no es leyenda urbana ni maniobra cinegética, los comensales se pusieron ciegos a vinos franceses. Salvo que eligieran un Petrvs del 95, de Pomerol, a razón de 1.200 euros la botella, con lo que les quedarían sólo 600 para enyesques; o un Chateau d´Yquem, del 88, de esos blancos que tardan 20 años en alcanzar su punto y cuestan más o menos lo mismo. Digo que salvo que eligieran esos vinos para aclarar que lo de ponerse ciegos no equivale aquí a borrachísimos sino a que si una botella vale un ojo de la cara, la segunda se lleva el otro; te quedas ciego, o sea. De ser un coloque la broma saldría por millones, comprenderán y habría que fraccionar la factura, lo que es una lata.