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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Eligio Hernández, el fiscal general ‘ilegalizado’ por el Supremo, fraterniza ahora con las asociaciones judiciales de derechas que lo defenestraron

Carlos Sosa

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Eligio Hernández Gutiérrez (El Pinar, El Hierro, 1947) se consolida como musa ideológica y jurídica de la derecha mediática española después de protagonizar algunos episodios públicos críticos con su histórica trayectoria como insigne socialista. Su entrega absoluta a Felipe González y a sus directrices le llevaron a afirmar en público algo que es de perogrullo pero que ahora no se estila: que la Fiscalía está para “aplicar la política penal del Gobierno”. Su papel en el escándalo de los Grupos Armados de Liberación (GAL) fue bastante discutido, como lo fue el del Gobierno de González. Y su final no pudo ser más penoso: su nombramiento fue declarado ilegal por la Sala Tercera del Supremo por no haber acumulado los 15 años de carrera jurídica exigidos para llegar a ser Fiscal General del Estado. Desde el inicio de su mandato (1992) sufrió la incomprensión y la persecución de las asociaciones conservadores de fiscales y de jueces, como le ha pasado a Álvaro García Ortiz, que fueron las que a la postre acabaron echándolo por la vía del recurso contencioso-administrativo. Para García Ortiz eligieron la vía penal, que es más escandalosa y expeditiva.

Efectivamente, Eligio Hernández fue el primer fiscal general del Estado declarado ilegal por haber computado como carrera jurídica de prestigio sus siete años como gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife y delegado del Gobierno en Canarias.

Ahora que sigue siendo felipista y por lo tanto antisanchista, Eligio Hernández se expresa conciliador y en plena sintonía con la derecha en los medios de la derecha, que parece que son los únicos que reclaman su opinión. Dice ahora que aquellas asociaciones conservadoras se arrepintieron de haber recurrido su nombramiento y que le rogaron que no dimitiera, que recurriera que ellas se retiraban, ha escrito en Libertad Digital.