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LOCA ACADEMIA DE PERIODISMO
Cómo esparcir mierda de modo preventivo (y cobarde)

Archivo - Víctor de Aldama.

Carlos Sosa

14 de octubre de 2025 23:07 h

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¿Cómo presentar como información rigurosa una simple especulación sin el más mínimo soporte documental o fáctico? ¿Cómo recolocar en tu periódico -de circulación nacional- un requiebro de lo que venías diciendo hasta ahora sin que parezca que has reculado? ¿Cómo explicar con frases muy gruesas cercanas al delito que el Gobierno español no jaleara el premio Nobel a María Corina Machado?

Otro día más sin el presunto informe de la UCO que comprometería gravemente al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, según el reiterado anuncio de toda la prensa ultra del país. Otro embarque del comisionista y testigo protegido de la Fiscalía Anticorrupción Víctor de Aldama, que necesita mantener la tensión en todas esas redacciones para que su estrategia no se resienta y su pretendida credibilidad no sufra más reveses. Sus especulaciones son muy bien acogidas en esos medios de comunicación porque si algo ha demostrado De Aldama es que maneja información y es muy bueno retorciéndola y ordenándola a su antojo para darle apariencia de una solvencia que no tiene. La mayoría es humo, como ha quedado acreditado.

Los periodistas que llevan semanas anunciando el parto se están viendo obligados a retorcer las especulaciones que han venido lanzando, de manera que en cualquiera de los escenarios posibles, tengan encaje ante la comunidad lectora o telespectadora.

Este martes, cuando teóricamete debía haberse aventado el informe de la UCO sobre Torres, algunos de esos periodistas trataron de ajustar sus grandilocuentes anuncios a aspectos sobre los que ya se había especulado hace tiempo.

Lo hizo, por ejemplo, el periodista de ABC Joan Guirado, que el pasado miércoles anunció para el día siguiente, jueves, que la UCO arrojaría luz sobre la siniestra trayectoria política del ministro canario. Casi una semana después, a la vista de que no hay informe del que agarrarse, este partes especuló en su periódico con el límite que habría puesto Pedro Sánchez para destituir al ministro de Política Territorial: si es lo de las mascarillas, no hay problema, pero como haya sexo y prostitución, estamos jodidos.

Captura del titular de la noticia de 'ABC'

Es decir, después de anunciar la inminencia y la contundencia del informe, el mismo periodista ahora duda de su contenido y empieza a colocar a su alrededor una suerte de contramedidas que minimicen cualquier tipo de cagada. “Sánchez cesará a Torres si hay escándalo con mujeres como con Ábalos”, colocó como titular de su presunta información, al que añadió en el subtítulo que el presidente del Gobierno “solo aguantaría al ministro si un nuevo informe de la UCO habla de compra de material sanitario”. Es decir, lo que se manejaba hasta ahora en la trama de Koldo García y sus grabaciones subrepticias. No contento con engañar a sus lectores, que llevan semanas esperando por el puñetero informe, ABC se niega a recular y regresa a un punto que ya había sido superado: el del bulo de Aldama sobre el alquiler de un piso para encuentros sexuales que quedó descartado tras las pruebas que presentó Torres. Y vuelve a las mascarillas, donde tampoco encontró nada especialmente punible ni la UCO ni los magistrados investigadores.

El ogro de Maduro

La espantada del Gobierno español respecto al Nobel a la Paz concedido a la líder opositora venezolana María Corina Machado también ha exaltado al periodismo patrio, el de la especulación y el bulo. Es cierto que las explicaciones oficiales son escasas cuando no directamente insuficientes y hasta burdas, si se quiere, pero de ahí a considerar que los verdaderos motivos hay que encontrarlos en oscuros intereses relacionados con el “miedo” a informaciones comprometedoras va un trecho.

Esta semana han aparecido dos ejemplos muy reveladores de esta práctica al esparcimiento de mierda sin más fundamento que el que da la gana a sus autores.

Alvaro Nieto, director de The Objetive, en una tertulia compuesta en exclusiva por hooligans del mismo pelaje: “¿Por qué no ha felicitado oficialmente el Gobierno español a María Corina Machado por el Nobel de la Paz cuando ha demostrado documentalmente haberle ganado las elecciones al dictador Maduro? Pues probablemente porque teme las represalias de Maduro”. Y, a continuación, por qué habría de temerse a Maduro: “¿Qué sabe Maduro, qué información tiene de Sánchez y todo su entorno?” Uno se queda a la espera de que conteste a esas preguntas tan profundas pero lo que se encuentra es esta inquietante conclusión: “No pueden hacerlo porque están rehenes de un régimen corrupto y tiránico como es el de Maduro”. Se acabó. ¿Una pista? ¿Algún dato que refuerce tales afirmaciones? Nada.

Lo mismo hizo en la cadena Cope la periodista Pilar García de la Granja: “¿Qué palanca tiene Maduro para que Sánchez no felicite a una premiada a la que ha reconocido todo el mundo, hasta Putin?” Y empieza la retahíla: “¿Qué sabe maduro?, ¿de qué secreto del Gobierno socialista de España es poseedor?, ¿tiene grabaciones?, ¿tiene dinero?, ¿qué tiene Maduro?” Eso, eso, qué coño tiene Maduro, dímelo ya. Pero la respuesta fue el colofón del comentario de la periodista: “No lo sabemos, pero lo sabremos”.

Es decir, no tenemos ni puñetera idea de las acusaciones que lanzamos, de la mierda que esparcimos, pero ahí queda la mierda para que la audiencia se nutra. Con ella, la jauría transfomará las preguntas en afirmarciones porque las han hecho sus líderes espirituales en los medios que les son de referencia.

La periodista Pilar García de la Granja, de la cadena Cope.

Se trata de maneras de esparcir sospechas e insidias muy propia de cobardes, porque la formulación de preguntas retóricas en las que se desliza la comisión de delitos o de comportamientos moralmente reprobables o antipatrióticos no tiene una fácil traslación al Código Penal para la interposición de las correspondientes querellas. Y dado que los destinatarios de estas descalificaciones son políticos, la acción civil de protección del honor se torna una quimera.

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