Se está cubriendo de gloria con demasiada frecuencia el presidente canario, Paulino Rivero, al que algunos pésimos asesores le deben estar indicando que hay que ser descarado ante la inminencia de las elecciones generales y los aún más inminentes catastróficos resultados de CC en Gran Canaria. El otro día se personó en la zona Puerto-Canteras para prometer a los comerciantes y vecinos un plan estratégico de revitalización económica y social, seguramente el mismo que presentará la próxima semana el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que ya sabe a quién pedir las perritas. No es malo que el presidente canario se preocupe de los barrios de las capitales isleñas, pero estaría bien que a visitas institucionales de esas, en las que promete inyecciones de dinero público, se haga acompañar por el alcalde de la ciudad en cuestión, y no por el de Guía, Fernando Bañolas, que viene a ser candidato de CC al Congreso de los Diputados.