Hay constancia de que tanto Nueva Canarias como el Partido Socialista intentaron hasta el último minuto evitar un pacto tan vergonzoso como el presentado este martes. Fernando Bañolas lo impidió por el feroz resentimiento que tiene CC contra el partido de Román Rodríguez y Paco Santiago. El lunes por la tarde, cuando ya se convocaba la rueda de prensa de presentación, el propio Bañolas telefoneó a José Alcaraz, del PSOE, para animarle a que se sumara al pacto de la corrupción, lo que sin duda habría contribuido a darle cierta pátina de pacto de salvación por Telde al tiempo que habría acabado con cualquier posibilidad de recuperación de los socialistas en esa ciudad. Alcaraz ya ha pedido su reingreso en su plaza de la Universidad, a donde volverá a dar clases porque no podrá vivir de su puesto de concejal de la oposición en Telde al no haber conseguido grupo político propio. En las filas de Nueva Canarias, el sentimiento es de absoluta derrota y de frustración. Como en los viejos tiempos del mauricismo, hay dirigentes que culpan al PSOE de lo ocurrido, como si el rechazo frontal entre CC y NC fuera culpa de Zapatero. Otros ya se preparan para la dura tarea de oposición que les aguarda. Porque ya conocen las mañas opacas del PP y de Ciuca. Hasta que una fisura deje escapar algunos de sus también acreditados escándalos. Y, en breve, los juicios de Faycán y Grupo Europa.