Dice Juan Carlos Alemán que él no manda mensajeros a nadie para decir lo que piensa. Y si eso ha ocurrido estas semanas es porque está convaleciente de una operación quirúrgica que lo tiene fuera de combate momentáneamente. Insiste en que respeta mucho a Jerónimo Saavedra y a Santiago Pérez porque “es una tradición socialista” discrepar y “hablar libremente”. Pero se cabrea mucho cuando lee que le atribuyen que su dimisión fuera un error para el partido. “Los que querían una gestora participaban de una operación política a la que me negué porque equivalía a que Juan Fernando no pudiera ser ahora, el próximo noviembre, secretario general”. Sostiene que su posición es “ecuánime” pero prefiere hablar de política y no de los asuntos orgánicos.