Cuentan ex compañeros de Pepa Luzardo en la Facultad de Ciencias Jurídicas que la que fuera alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria era una auténtica animadora de las asambleas estudiantiles. Cuando ya decaía la cosa porque los líderes tenían todo el pescado vendido y habín soltado todas las soflamas y remitido todo al comité correspondiente, siempre había un graciosillo que gritaba aquello de “anda, Pepa, dí alguna tontería”. Y Pepa, siempre tan diligente, siempre tan electorera, pedía la palabra y decía alguna tontería. No ha perdido las mañas la actual portavoz del PP en el Ayuntamiento de la capital grancanaria, sólo que ahora no espera a que nadie se lo pida, sino que ella misma se lanza y se estrella. Este miércoles tuvo que pedir diculpas dos veces a la Mesa de Contratación por sendas meteduras de pata marca de la casa.