Los periodistas se lo preguntaron este jueves al vicepresidente del Gobierno de Canarias: oiga, esto de la Garantía Juvenil de Formación y Empleo, ¿es lo que distingue a la rama socialista de la rama nacionalista en el Ejecutivo? La respuesta de José Miguel Pérez fue de manual: esto es un Gobierno, y como tal, es unidad de destino en lo universal, sin alas ni tendencias, sin compartimentos estancos ni territorios vedados. Pero la realidad invita a pensar una cosa bien distinta, o al menos a calcular otros movimientos en el caso de que no fuera el PSOE el convidado de turno de Coalición Canaria. La estrategia para promover el empleo y la formación juveniles presentada este jueves por Pérez y Paquita Luengo, consejeros de Educación y de Empleo, respectivamente, es absolutamente novedosa y rompedora. No ya por las intenciones, tantas y tantas veces proclamadas desde las más altas instancias gubernamentales, sino porque viene avalada ?aunque sea solo levemente- por una trayectoria que rompe con las tendencias que marca el Partido Popular desde Madrid para esta lacra del desempleo juvenil y otras soluciones macarrónicas con resultados bastante frustrantes en lo que a derechos básicos se refiere. Las aportaciones socialistas a la gobernanza de Canarias pueden tacharse de tímidas, y en ocasiones también de desilusionantes (ver la última postura respecto a la reforma electoral) pero hay que reconocerle al PSOE ciertos gestos que sería imposible imaginar si el socio de CC fuera el habitual, es decir, la muchachada soriana. Invertir en formación y empleo para esos 110.000 canarios de entre 16 y 30 años que están sin trabajoo, y en la mayoría de los casos con una formación deficiente, en lugar de promover como hace el PP desde Madrid las primas al empleador con los resultados que todos estamos presenciando, es desde luego una solución distinta. Garantizar en la iniciativa la participación de los colectivos implicados, un atrevimiento impensable desde la óptica de la derecha. Implicar a los trabajadores del Servicio Canario de Empleo en nuevas funciones para que la idea tenga éxito, un requiebro desde luego audaz que despeja las dudas sobre la continuidad de varios centenares de estos trabajadores públicos. Claro que es exigible (al PSOE y a CC) mayor capacidad para resolver los graves problemas sociales y económicos de Canarias, pero resultaría injusto no reconocer que hay intentos que distancian a este Gobierno de sus antecesores y de las corrientes austericidas reinantes.