Pan y plátanos y perras p'al cine. La expresión, que situamos entre los endemismos lexicográficos canarios, parece corresponderse con los periodos de necesidad que pasaron las Islas Canarias en la posguerra. Según los más viejos del lugar, sería la bendición con la que los padres o los abuelos premiarían a sus menores para que valoraran todo lo que tenían al alcance en medio de una situación bastante calamitosa. Pan y plátanos, comida recurrente y al alcance de casi todos, y perras p'al cine, el summum del ocio, el premio al niño que se ha portado bien para que lo disfrute con mucha parsimonia y regodeo. En tiempos de crisis, las autoridades municipales de Las Palmas de Gran Canaria van a premiar a sus vecinos con pan, plátanos y perras p'al cine, con la severa advertencia de que eso es lo que hay y si alguien protesta, puede perderse algo. El próximo viernes habrá pleno del Ayuntamiento de la ciudad constituido en junta general de la Sociedad de Promoción con el objeto de que los concejales conozcan de la autoridad cultural local cuál va a ser la nueva visión del área, en qué se van a gastar los dineros públicos y qué pasará a estar condenado a la desaparición. Ya se sabe que los festivales de cine y de teatro, dos creaciones del PP, se perpetuarán estos cuatro años. Y el carnaval, por supuesto, que lo seguimos incluyendo en nuestra rica y variada oferta cultural y promocional. Las reservas en los hoteles ya se están bloqueando.