Creíamos que el vaso del mal estilo lo había rebosado Adán Martín con Herrera Velázquez, al que comunicó su destitución con un mensaje en el contestador. Pero no, fue capaz de mucho más. A Augusto Lorenzo, consejero de Medio Ambiente hasta el viernes por la noche, se le vio llorar al enterarse de la decisión de su presidente. Cierto que es un político con un perfil bajo, bajísimo, que entrará en la historia de Canarias por pasar desapercibido, lo que a veces se agradece. Pero no se merecía enterarse por Herrera Velázquez, que lo telefoneó tras escuchar su contestador automático y dar por hecho que Lorenzo ya lo sabía. Herrera abandonó precipitadamente la grabación del programa Tenderete, en Fuerteventura, al conocer que ya no era consejero, y en el set se quedó, curiosamente, quien ya era consejero in pectore, Domingo Berriel. Hay que ver cuánto de folclórica tiene la política canaria.