Los más sesudos comentaristas políticos de Canarias (que los tiene) lo anunciaron desde el mismo momento en que resultó reelegido secretario general del PSC Juan Fernando López Aguilar, hace tan sólo cuatro meses: el próximo en caer será Blas Trujillo. Lo había hecho con anterioridad a aquel congreso regional el presidente del Grupo Parlamentario Socialista Canario, Paco Spínola, que no pudo sintonizar del todo con los principios que inspiran el modo de hacer oposición del secretario general. Estos dos nombres, Trujillo y Spínola, son precisamente los que con mayor frecuencia invocan los portavoces del PP y de Coalición Canaria cuando de afrentar a López Aguilar se trata. Ambos están curtidos en mil batallas y encarnan en la Cámara las maneras más saavedristas de entenderse con los adversarios políticos, jerónimamente hablando, que diría el genial Padorno. En el entorno de López Aguilar irrita sobremanera que las principales bazas del contrario las proporcionen precisamente los propios.