Pero, ¿quién es esta Águeda Montelongo, capaz de mangonear el dinero público con esta ligereza (por llamarlo de algún modo? Les refrescamos la memoria. La carrera política de la actual presidenta del PP majorero se inició en el municipio de La Oliva, donde recaló hace algunos años para dar clases de Educación Física, disciplina de la que es licenciada. Allí entabló muy pronto relaciones con el entonces alcalde, Domingo González Arroyo, que lo era todo en el PP en la isla. El marqués apreció muy pronto las cualidades que adornaban a esta ambiciosa política y pronto la mandó a Puerto del Rosario como concejala del PP, compartiendo gobierno con el socialista Eustaquio Santana Gil. Ya dibujada maneras la señora Montelongo porque, como recuerda todo el mundo en ese Ayuntamiento, llegado un 8 de marzo, Día de la Mujer, el alcalde la cumplimentó con un cactus, en clara distinción con el resto de las señores cumplimentadas, que recibieron flores. Pronto trabó amistad íntima con uno de los más influyentes dirigentes del PP por aquellos años, Luis Larry Álvarez, que la protegió de las inclemencias del tiempo y la lanzó al estrellato, tanto en formato parlamentario regional como en formato parlamentario nacional. La protección fue tan eficaz que cuando cayó en desgracia el marqués, Aguedita era la mejor colocada para suceder a su mentor. Defenestrados González Arroyo y Larry Álvarez, la presidenta del PP sólo rinde ahora tributo a José Manuel Soria, pero sin descuidar los flancos posibles, tanto los regionales (Manolo Fernández mediante) como los nacionales, contodos aquellos que puedan contrarrestar la íntima amistad que el marqués mantiene con el número uno del PP en el Senado, Pío García-Escudero.