Un juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Las Palmas de Gran Canaria acaba de llevarse por delante la primera permuta de la era Reyes en Telde. Se trata de aquel apaño que el excéntrico concejal promovió y pactó con el empresario Santana Cazorla para darle una parcela de tres pares de narices en La Mareta a cambio de un edificio de nula rentabilidad para el Ayuntamiento. Un edificio (¡ay, cómo nos suena!) que, para colmo, ni siquiera fue cedido en su totalidad. Un chanchullo marca de la casa. Como es marca de la casa otra permuta que también está en los tribunales y que igualmente contiene todos los ingredientes del pelozato teldense. Les hablamos de la famosa finca de San Rafael, que también se permutó al mismo empresario sin las mínimas garantías de control democrático y con unos informes técnicos que sobrepasan el surrealismo. Y tras las resoluciones contencioso-administrativas vendrán las responsabilidades penales, que pudiera haberlas.