No hay manera de que este hombre haga amigos, y mira que nosotros desde aquí tratamos de resaltar sus valores. Que los tiene, y muchos, aunque a veces no se puedan apreciar por culpa de las cortinillas eléctricas que le protegen cuando pasa, así de empingado, a bordo de un buga de 260 caballos. Nos referimos a su Excelencia, José Manuel Soria, que también hace feos a los representantes de los trabajadores de su Cabildo de él y a los alcaldes de su partido. Cuentan los empleados que el otro día trataron de acercarse al búnquer presidencial para entregar a Soria unas botellas de vino que enviaba con mucho cariño el alcalde de Calzadilla de los Barros, provincia de Badajoz, Antonio Galván. Pero no hubo suerte. Se lo contamos.