Ya nos habíamos olvidado del Sindicato del Crimen, cuya existencia denunció Felipe González en los últimos meses de su mandato. Aquello quedó demostrado porque algunos de sus integrantes, como fue el caso del periodista Luis María Anson, lo confesaron todo, incluidos los planes de quebrar la legalidad constitucional vigente. Aznar, que no puede ser menos que Felipe, escenificó este lunes en la comisión del 11-M su frustración por no haber sido víctima de su particular sindicato del crimen, y ante su inexistencia, le ha cargado todo el mochuelo a la Cadena Ser con unas asucasiones inciertas que debieran tener una respuesta contundente de esa emisora. Nosotros, de momento, como sabemos lo capaz que es Aznar de mentir, nos solidarizamos con esa cadena y con todos sus trabajadores porque no es de recibo que un dirigente que se dice democrático trate de torcer la libertad de expresión del modo que lo hace el PP y con el descaro con que lo hizo este lunes el ex presidente del Gobierno.